Pues va a ser que un meteorito le ha dado cañita a la Tierra, los pobres humanos han involucionado en un santiamén hasta retroceder de nuevo a la Edad de Piedra, a los palos y a las piedras, refugiándose en cavernas. El planeta está invadido por vegetación salvaje y la vida se complica, sobre todo si nos atenemos al tamaño de ciertas criaturas que ahora pululan por ella.
Primal Rage fue una recreativa de Atari que se lanzó allá por 1994, y les cedía el protagonismo a siete monstruosidades muy cercanas a lo que todos consideramos como dinosaurios. En el juego, se supone que son siete divinidades, repartidas en cuatro dioses virtuosos y tres dioses destructivos. Una tontería, porque cualquiera de estos bichos te podía armar un cisco en cada partida, y los pobres humanos no salían muy bien parados que digamos.
Estamos ante un one-vs-one con sprites digitalizados, conformando un aspecto impactante y queriendo aprovechar la corriente que inició Mortal Kombat -o Pit Fighter, vaya usted a saber…-, llevando este terreno a una dimensión más… animal, por así decirlo.
Y la obligada referencia de Mortal Kombat no sólo viene dada por la técnica de la digitalización, sino por la brutalidad y las altas dosis de violencia que rezumaban sus combates. Cada zarpazo, cabezazo o mordisco que se propinaban estos dinos hacían que salpicara chorros del líquido elemento, algo que también podía ser causado por aplastar o comer humanos, que sirven de conejillos de indias, pobres, obnubilados ante sus nuevos dioses.
Añado, por cierto, que el diseño de las criaturas es claramente reminiscente de los bichos que poblaron cierto Parque Jurásico, exceptuando a Chaos y a Blizzard, que en este caso no tiene nada que ver con Diablos ni con juegos de estrategia, sino con dos criaturas más bien simiescas, y tan brutales como sus compañeros reptiles.
Alarguemos un poco más el juego de palabras, puesto que tan curioso resulta encontrarse con una criatura llamada Blizzard, como con otra denominada Diablo, a la postre una especie de tiranosaurio colorao a más no poder, seguramente por empacho de guindillas.
Los combates, al mejor de tres rounds, podían acabar con un movimiento final emulando a los Fatalities del título de Midway. Estos ataques iban desde la típica comilona a bocado limpio, la chamusquina que podía originar el mencionado Diablo y su ardiente aliento, un salto desde las alturas capaz de aplastar a la víctima…
Movimientos letales que, en la versión Super Nintendo, se vieron atajados, al menos cierto fatality que podría crear polémica, supongo: se trata del simiesco Chaos, que no tenía otra cosa que hacer que mearse en el contrario y, acto seguido, chamuscarlo con tal lluvia dorada.
Algo que sí se pudo disfrutar, por ejemplo, en la conversión a Sega Megadrive. Como nota curiosa, decir que si ejecutábamos la secuencia de botones correspondiente a tal fatality en la versión del Cerebro de la Bestia, aparecía una señal de «prohibido» en pantalla.
Estamos ante un juego con numerosas conversiones a sistemas domésticos; al encontrarse en plena transición de generaciones de consolas. Aparte de los dos sistemas de 16 bits mencionados, había versiones para Playstation, 3DO, Sega 32X, Atari Jaguar, Sega Saturn, Amiga, PC, Game Boy y Game Gear. Casi nada.
El caso es que a mí nunca me convenció este juego para nada, en el tema jugable me refiero: los movimientos de las criaturas se me antojaban bastante limitados y algo ortopédicos, y los combates no resultaban nada fluidos, a años luz de Street Fighter II o incluso del propio Mortal Kombat. Sí es verdad que el juego tenía cierto morbo y encanto por su temática, aparte de un diseño artístico bastante currado.
Y para terminar, y ya que he vuelto a mencionar a Mortal Kombat, los estudiosos del tema dicen que la obsesión de Atari por copiar y/o referenciar al juego de Midway llegó al extremo de que cada personaje seleccionable de Primal Rage era una especie de referencia o parodia de un luchador de MK.
A saber: Armadon tenía poderes relacionados con la electricidad, al igual que Christopher Lambert Raiden, el dios de las tormentas y culpable de que tengas que sacar el paraguas en otoño. El simio Blizzard era capaz de congelar a los enemigos, técnica heredada de Sub-Zero. Por su parte, el fatality de Diablo deja en cenizas a su víctima, al igual que el movimiento letal de Scorpion.
Talon puede ejecutar una patada voladora al más puro estilo Liu Kang, mientras que Sauron ofrecía técnicas capaces de dejar sombras o estelas a su paso, al igual que el actor Johnny Cage. Por su parte, Chaos era capaz de enroscarse en sí mismo y lanzarse hacia el enemigo, como Blanka o el propio Kano. Y finalmente, un único personaje femenino, encarnado por Vertigo. Bueno, digo yo que era una dinosauria hembra…
Yo jugué a muchos juegos de lucha, y en casi todos había al menos.
Un personaje de tipo Blanka, un luchador mujer, un personaje tipo Ryu etc XD.
El juego que si que pienso bien es el time Killer, un juego en el que luchaban con armas y podías cortarle los brazos a tu rival, e incluso la cabeza. Si le cortabas la cabeza al rival ganabas el combate automáticamente. Si le cortabas el brazo que portaba el arma tenías una buena ventaja ya que el arma llegaba siempre más lejos que el brazo desnudo.
Y bueno, aunque no eran fatalitys realmente, cuando tu rival quedaba «atontado» (aún con energía su personaje), si te pegabas a tu enemigo y pulsabas los botones adecuados, tu personaje efectuaba un movimiento en el que cortaba ambos brazos al rival y finalmente cortabas la cabeza al rival.
Pd: este Time Killer me gustó la vez que jugando con alguien le corté los dos brazos (lo que hace que ya ni siquiera pueda bloquear los golpes) y me ganó únicamente usando golpes con la cabeza, y va el juego y puso «victoria humillante» y si que lo fue XDDDD.
Pero que bueno es recordar tiempos prehistóricos, cuando lo esencial era la supervivencia pura y dura a base de estacazos y tente tieso. El juego me parece una gozada, al menos a mi me lo parece.