Es cierto: mi visita de este año a RetroMadrid fue mucho más fugaz y liviana que la del año pasado, pero simplemente me lo tomé como un viaje turístico y una oportunidad para enriquecer mi dilatada colección de videojuegos antiguos. Antes que nada, quiero alabar el aumento exponencial en la calidad de la organización del evento. El paso lógico era cambiar de lugar de celebración, siendo la facultad de informática de la Complutense el sitio objetivo.
La facultad propicia muchísimo más espacio, amén de habilitar varias salas destinadas a distintos expositores, como la de la evolución de Super Mario o la dedicada a los Amstrad, aparte de usarse el vasto salón de actos para conferencias. Aún así, el imparable crecimiento de la feria hizo que los dos mil visitantes volvieran a hacer pequeño el lugar de la celebración.
Pero ya digo que mi visita no fue para contar extensos detalles de la reunión, sino más bien para saludar a viejos amigos (ese Manuel Pazos, sí, lo siento, mi reloj Fossil de Centipede es más chulo y más friki que el tuyo de MSX, espero que encontraras la ternera con patatas correspondiente; y al padrazo Manuel Sagra, que ví de refilón y atestado de cosillas frikis), ver artilugios sorprendentes: pude jugar a una Vectrex, con su mareante parpadeo, además de probar una placa de Neo-Geo mezclada con un disco duro, conexión USB y más cosillas inmersas dentro de un enorme tapperware, imaginativa creación de Kaos2K. Y por supuesto, la oportunidad de hacerme con diverso material retro a módicos precios.
A saber: un Virtua Tennis 2 de Dreamcast nuevo (2 eurillos), un recóndito Oh Shit! de MSX, aquel clon de Pac-Man realizado por los holandeses de Aackosoft y en el que sonaba el famoso grito digitalizado (3 €), un par de juegos orientales para Wonderswan Color, entre los cuales está el Gunpey Ex, un pedazo de juego de puzzles que acabo de descubrir) por 6 eurillos los dos, un Novastorm de PC por 1 €, un Fighting Vipers de Saturn por otro euro y un par de cajas de juegos japoneses de Super Famicom –Street Fighter II y Final Fight– para guardar cartuchos que ahora mismo yacen desnudos en mi colección.
Y por supuesto, me agencié un flamante Invasion of the Zombie Monsters, la aportación jugable de Jon Cortázar y el equipo de Relevo Games para la Retromadrid de este año. Con el añorado César Astudillo Gominolas llevando las partituras principales del juego en su regreso al mundillo tras muchos años de ausencia, estamos ante un arcade que bebe de fuentes tan ricas y contrastadas como pueden ser Risky Woods o Ghost and Goblins. Frenética acción de scroll lateral, analizada en un completo artículo metodológico de mi colega Spidey, ausente este año en el evento. Un evento que parece crecer en todos los sentidos y al que espero volver el año que viene.
Pues sí, nuestro encuentro fue fugaz, pero al menos nos pudimos ver las caras de nuevo 😀
A ver si en la próxima edición nos organizamos mejor 😉
Estuve mirando, pero no te vi. Creo que todavia hay mucho que arreglar y organizar para que aquello no sea un mero caos de mesas con trastos encima. Y las conferencias a las que asistí fueron un poco pobres. No me extiendo mas, que sin teclado fisico es un tostón despotricar. Me quedé con ganas de mas 🙁
Pues yo estuve allí todo el día y no nos cruzamos de milagro… de hecho, en la última foto que has puesto en el artículo tomada a la puerta de la Facultad, quienes estamos detrás en segundo plano somos el grupo de Topo Soft casi al completo mientras nos hacían una de las fotos que te mandé, la del grupo más numeroso tomada en el exterior.
¡Si te hubieras dado media vuelta en ese momento y hubieras conocido de antemano nuestros caretos te hubieras podido llevar casi una decena de autógrafos auténticos!
Me hubiera gustado charlar con vosotros con un poco más de calma. A ver si para el año que viene lo organizamos mejor, como bien dice Manu.
Y, vale… sí… tu reloj es más friki que el mío (^_^!)
Me vine con una sonrisa en la cara de RetroMadrid, me gusto mucho, la pena no poderme quedar mas tiempo. El año que viene repito y por mas tiempo.
Yo también me vine con una joyita para casa, ¡¡The Legend of Zelda de NES!!
Se os ve cara de felicidad y eso es muy importante. Lástima que no pudieras charlar con todos tus colegas afines.