Poco a poco, el género de los videojuegos musicales ha ido implantándose de una manera difícil de imaginar hace unos cuantos años. Y es que, hace ya bastante tiempo, los aficionados a tocar la guitarra con la consola éramos unos pocos frikis que actuaban ensayando en las sombras, arropados por los lanzamientos de la serie bemani con los que los japoneses de Konami nos arropaban.
A día de hoy, mientras que un tal Guitar Freaks continúa en el recuerdo del público talludito, otras marcas han acogido su herencia lúdica con mano de hierro, implantando en el mercado con una fuerza inusitada el nombre de Guitar Hero. Sus desarrolladores originales, Harmonix, ya habían desarrollado antes exitosos programas como FreQuency, Amplitude o, para Konami, los Karaoke Revolution, mientras que la idea y la producción corrían por parte de Red Octane, antaño productores de periféricos como alfombras de baile o, mire usted por dónde, guitarras para Guitar Freaks. La idea de “copiar” la mecánica de Guitar Freaks salió redonda, llegando a propios y extraños este curioso y más que adictivo estilo de juego.
A día de hoy, Harmonix Music Systems, tras ser adquirida por MTV Games, publica de la mano de Electronic Arts la serie Rock Band, mientras que los Guitar Hero, publicados como siempre por Activision, han pasado desde Guitar Hero 3 a las manos de Neversoft. Vendiéndose como rosquillas, Guitar Hero siguió el ejemplo de Rock Band y expandió su universo más allá de las guitarras eléctricas. Con Guitar Hero World Tour, guitarra, bajo, batería y cantante conforman (tal y como inaugurase Harmonix con Rock Band) un auténtico grupo, matiz este que continua en las nuevas entregas con las que Activision y Red Octane no para de bombardearnos.
Guitar Hero 5
Con respecto a esta nueva entrega podemos decir y bien alto que estamos ante el simulador de grupo musical más evolucionado de todos los aparecidos hasta ahora, con todos los visos de convertirse en el modelo a seguir en lo que a este género se refiere. El número de novedades y la gran cantidad de temas incluidos hacen de este Guitar Hero uno de los títulos más a tener en cuenta de lo que queda de año, siendo uno de los más firmes candidatos a ser el videojuego de estas navidades.
Activision ha decidido hacer un Guitar Hero más accesible al gran público, flexibilizando su mecánica para que los neófitos no teman acercarse a una serie cuya marca parece estar enfocada a un público especialmente hardcore. La cosa llega hasta el punto de que podemos empezar a jugar incluso sin haber pasado por el menú de opciones, entrando en la actuación de la partida de muestra con tan solo pulsar una tecla. Del mismo modo, otros jugadores podrán incorporarse en cualquier momento de la canción, al igual que salir de la misma sin por ello interrumpir el desarrollo del juego. Cero interrupciones y accesibilidad total… no está mal para empezar.
La flexibilidad se hace palpable a la hora de combinar a nuestro antojo los instrumentos que intervengan en cada actuación. Olvidándonos de la rigidez de anteriores títulos, en Guitar Hero 5 es posible, por ejemplo, conectar cuatro baterías simultáneamente, cuatro guitarras, cuatro micros… y, a partir de aquí, combina dentro de tus posibilidades.
El problema es que, a nivel de resultados, todo termina convirtiéndose en un batiburrillo en el que es complicado discernir el resultado de lo que, como grupo, estamos haciendo, y menos aún, escuchar lo que estamos haciendo a nivel individual. Eso sí, nadie le quita a esta opción el hecho de que haya diversión a raudales, presentándose como un modo ideal para las reuniones con los amigos.
Entrando de lleno en el tema musical, Guitar Hero 5 luce en su palmito la friolera de 85 temazos, a mucha distancia de sus perseguidores. Muchos de ellos son auténticos mitos de la música, como podréis comprobar en el tracklist que podemos ver un poco más abajo, pero la implementación a nivel de jugabilidad tiene la misma sensación que nos deja la serie desde Guitar Hero 3.
Es decir, contemplaremos cómo la jugabilidad se aleja de una simulación coherente de lo que es tocar una guitarra, para machacarnos con una lluvia de bloques que, en demasiadas ocasiones, parece carecer de sentido, aunque sin duda eleva el reto al máximo de dificultad. Igualmente nos volveremos a topar con incongruencias a la usanza de que, usando la guitarra, se corresponda a nuestro toque un sonido de piano, por ejemplo. En fin, detalles que no serán del gusto de los más tiquismiquis, pero que oye, seguro que agrada a otros muchos, algo que está más que comprobado a estas alturas.
Conclusión
Guitar Hero 5 se viste de gala para presentar el que posiblemente sea el juego musical más completo y abultado del momento. Sus características denotan que ha sido desarrollado por y para la diversión más directa, contando para ello con entretenidísimos modos de juego, un potentísimo y renovado estudio de sonido, y una opción online de lo más solvente. Aún tiene muchos de los tics que arrastra la serie desde hace ya varias entregas, pero su indomable capacidad lúdica y el tremebundo tracklist del que hace gala lo convierten en una bomba jugable. Hasta la próxima llegada de Band Hero, el mejor bemani del año está aquí.
Colaboración por Spidey