Recuerdo que, no hace mucho, las revistas especializadas en videojuegos y distribuidas sobre papel, vendían a porrillo. Aquello del Internet no era más que un pequeño renacuajo coleando en un limbo al alcance de muy pocos, las fuentes de información del ocio digital escaseaban y todo el mundo se afanaba por llegar el día 1 de cada mes al kiosko para adquirir esa gloriosa sábana a todo color que era MicroManía, o la querida MicroHobby y sus demos y programas realizados de la manera más artesanal posible.
Y digo, que en esa época, creo localizar un componente a destacar dentro de la valoración final que se incluía en los análisis de las novedades de mercado. Dicho componente evaluable se hacía llamar Originalidad. Esto, señoras y caballeros, se convierte en la actualidad en un remoto eco en la memoria de los más talluditos. Vale, vale, todos lo recordamos: que los juegos españoles se puntuaban con más generosidad que los extranjeros, que si somos unos puretillas que no hacemos que regresar al pasado, que si tal y que si cual.
Pero oiga, resulta que me pongo a hacer un pequeño y rápido recuento entre los últimos juegos que me han llegado para analizar, y en un pequeñísimo espacio de tiempo, tengo entre mis manos hasta cuatro lanzamientos de los que podían denominarse punteros -al menos, en lo relativo a la expectación que logran recopilar antes de su salida al mercado- y los cuatro son de un género idéntico, el sempiterno y ultravisto SandBox.
Por mucho que en uno nos desplacemos de aquí para allá con un brazo mecánico, en otro seamos unos incomprendidos a los que nunca se les va a quedar el móvil sin batería, en el siguiente tengamos personalidad múltiple y evolucionemos más veces que un pokémon hiperactivo, y que en el último no paremos de hacer el marciano y el cafre, todos se basan en el mismo núcleo central para exponer sus ideas.
Sólo es un ejemplo, el más cercano que se me ocurre, una fehaciente prueba más, de que el componente de originalidad en una escala de 0 a 10 ya no tiene ningún sentido en las valoraciones de los juegos. Es mejor separarlos en dos grupos, un ínfimo porcentaje fresco y novedoso, y luego el gran pelotón restante, en el que tan complicado es distinguir unos de otros.
La originalidad está casi siempre el los juegos independientes, de compañias pequeñas o hecho por amor al arte, las megaproducciones no pueden arriesgarse con fórmulas «raras»…
¡Eh, que el BIONIC COMMANDO te lo regalé yo! XD
No, quiero decir que el BIONIC COMMANDO de «sandbox» no tiene nada… Es tremendamente lineal, puesto que, aunque el camino «sea muy ancho», por así decirlo, sólo hay una vía al más puro estilo arcade.
Del resto pues sí, pero con matices. Red Faction Guerrilla es puro «sandbox», pero espectacular como él sólo y con un online de órdago. InFamous entra bien en el género, pero su carisma lo distancia sobremanera de GTAs y demás… tiene su pequeña gran dosis de originalidad. Y PROTOTYPE es, a mi entender, un beat’em-up de magnas proporciones 😉
Mira que a mi me gusta lo retro, pero me temo que estoy en desacuerdo. Sólo que mientras ahora vivimos un entorno de shooters y sandbox clónicos entre un océano de mediocridades y «más-de-lo-mismo», antes vivíamos en un entorno de plataformas y juegos de acción en 2D con pequeños despuntes de originalidad. Vamos, igual que ahora. Sólo que antes eras más bisoño y no te dabas cuenta.
También tiene que ver que el volumen de negocio ahora es increíblemente mayor, y que los tintes económicos que ha adquirido el mundillo no deja espacio apenas a los programadores amateurs con buenas ideas. Antes un tío inspirado te hacía un juegazo de MSX, y ahora un tío inspirado te hace un Braid de X360. ¡Siempre lo mismo!
Dark, a mi modo de ver, creo que en año 1986 era infinitamente más sencillo encontrar un juego original que en el 2009. Por muchísimas razones, y una de las más obvias, porque a día de hoy existen miles de juegos más que antaño.
Ah Spidey, cierto, thankyou por el Bionic, que aún sigo esperando el que me tienen que mandar desde Koch xDD
Ahora existen más juegos, y sin embargo también la inmensa mayoría estaban totalmente encasillados. Una vez que surge el primer exponente de un género, ya todos se limitan a imitarlo hasta el aburrimiento. Y si no dime que juegos había en el 86 que sorprendieran. Te darás cuenta de que casi siempre ya había una referencia anterior, ya sean plataformas, rol, espaciales, acción…
A mi parecer la originalidad en los videojuegos es la misma ahora que antes, apenas ninguna. Lo único que antes no mirábamos esa variedad con los mismos ojos, y todo era nuevo para nosotros. Lo que tú apuntas no es más que fruto de la nostalgia, y de los años que llevamos en esto. Pregúntale a un chavalito de 8 años que le parece el cine actual, y todo la parecerá una maravilla y una sorpresa. Pregúntale a un cinéfilo viejuno que le parece Transformers, y probablemente te mande a la porra. O atrévete de preguntarle si se hacen películas como Ciudadano Kane, a ver que te dice.