El inspector Braid llegó tan rápido como pudo. Otro caso más en la desgastada rutina de cada día, pensó mientras conducía hacia el lugar de los hechos. Nada más lejos de la realidad. Este caso era diferente. Cuanto menos, peculiar. Descubrir el cadáver de aquel desdichado no aclaraba demasiadas cosas acerca de las circunstancias que rodeaban su muerte.
Aquella estampa era, definitivamente, peculiar. El joven permanecía delante de su monitor, expectante, como esperando que su interlocutor de silicio le contestara a una pregunta muda, sorda, quizás y definitivamente, sin sentido. Sus manos descansaban, ahora de forma eterna, sobre el polvoriento teclado de su Amstrad CPC 464.
En aquel frío Diciembre de 1990, el ceñudo inspector resolvió el caso, prácticamente al instante. Faltaban detalles, es cierto. Detalles remotos que sólo tuvieron verdadera existencia dentro de la cabeza de aquel joven. Información perdida que, quizás, hubiera ayudado a completar el rompecabezas. Aún así, Braid logró unir las piezas base, haciendo que el enrevesado castillo se sostuviera.
Aquel joven llevaba muerto unas horas, pero no había signos de violencia por ningún lado; se encontraba atrapado por unas redes invisibles al ojo humano, pero visibles para alguien versado en el tema. Braid sólo tuvo que fijarse en la postura de sus manos y en el texto que podía verse en la pantalla de aquel ordenador con cassette incorporado y paciencia requerida a la hora de cargar programas.
Por un lado, se podría decir que el joven estaba unido a aquel sistema informático. La primera impresión era que sus extremidades descansaban sobre el teclado, pero a la postre, resultaba materialmente imposible separarlo de aquel ordenador. Sin duda, el desgraciado intentó crear un vínculo irrompible con su Amstrad. Podría decirse que lo consiguió.
Por otro lado, la pantalla era un auténtico monólogo. En una repetición tan imparable como el propio paso del tiempo, se podía leer una frase que se escribía, renglón tras renglón, sin cambiar ni una sola letra.
“Los sistemas de 8 bits nunca morirán”
El inspector tomó sus guantes, ajustándolos en sus cuidadosas manos. Con mucho esfuerzo logró hacerse hueco entre el cadáver y el teclado del Amstrad, ejecutando cierta combinación de teclas. Introdujo el comando LIST y pulsó a continuación la tecla Return.
Dibujando una mueca que podría considerarse como una triste sonrisa, imaginó un gesto de asentimiento hacia sus sospechas. El listado del programa podía verse en el monitor, a través de sus apagados fogonazos de fósforo verde:
10 PRINT “Los sistemas de 8 bits nunca morirán”
20 GOTO 10
Epílogo
Jesús intentaba convertirse en Ingeniero, aunque comenzaba a dudar de su verdadera vocación. Curiosamente, la carrera de Ingeniero Técnico en Informática de Gestión aún sobrevivía en el plan Universitario, a pesar de todas las calamidades por las que había tenido que pasar.
El estudiante se encontraba en la Biblioteca, preparando su examen de Metodología de la Programación. Era su segundo examen del año, y, al igual que todos, lo afrontaba con bastante pesimismo. Hastiado de estudiar, se levantó de su incómodo asiento y comenzó a vagar hacia la estantería, con la mirada perdida.
Tomó el primer libro que el azar le indicó. Se veía gastado, bastante antiguo. Hay cosas que no cambian nunca, y la frescura de catálogo en la Biblioteca de la universidad seguía perpetuándose. El viejo tomo sobre Programación llamó la atención del joven, ya que había visto un ejemplo que le resultaba extraño.
Jesús corrió a preguntarle a Emilio, su compañero de fatigas, suspensos y piques al Pro Evolution 2024, que aquel año por fin incluía la licencia de su equipo favorito. Jesús preguntó a su colega sobre una extraña instrucción que hacía que aquel programa de ejemplo pudiese saltar de una parte a otra libremente. Emilio, prácticamente escandalizado, le respondió:
– Qué dices, chaval. Esto es muy antiguo. Todo el mundo sabe que la sentencia GO TO resulta muy perjudicial, en todos los sentidos. ¿Es que te has saltado el tema en el que se explicaba la Ley de Braid?
Me has dejado descolocado xDDDD
A mi lo que me sorprendio es que esta sentencia sigue presente en lenguajes como C…
Pues como pille el inspector Braid al Dennis Ritchie ese, va apañao xD
Lo de estudiar Metodología de la programación en la biblioteca totalmente hastiado ha llegado a mi nostálgico corazoncito… aunque bueno, no me da tanta nostalgia cuando todavía tengo que hacerlo con las que me quedan :-s