Hace unos días me comentaba un colega del trabajo que, en ocasiones, las demos suelen ofrecer una visión alejada de la realidad en cuanto al videojuego se refiere. Es verdad que bajar una demostración conlleva un inmejorable método, a priori, en pos de publicitar un nuevo lanzamiento. Pruebas gratis -hola, usuarios Gold de Xbox Live– parte de dicho juego y aumentas el interés del que lo juega para comprárselo. Sin embargo, puede ser un arma de doble filo.
Sin ir más lejos, recuerdo haber probado la demo de Facebreaker hace unas cuantas semanas, y la sensación que me dio es de ser un juego de lucha del montón, sin llegar a calar hondo en ningún momento. Es lo que tiene jugar a la demo ‘a saco’, sin probar en profundidad su metodología de juego. Sin embargo, y tras jugar en condiciones con su versión final, tengo que comerme mis primeras impresiones y reconocer las virtudes del RompeCaras, que logra llegar más allá de ser un simple machaca-botones.
Bajo la denominación Freestyle, este juego de boxeo rompe con la habitual seriedad de su género para transportarnos al arcade puro y duro, ese que un día nos encandiló cuando Nintendo decidió lanzar Punch-Out en los salones recreativos, cuando Rocky llegó al Spectrum de la mano de Dinamic, o cuando Ready 2 Rumble causó una grata impresión dando ganchos entre las doce cuerdas de Dreamcast.
Puede decirse que Facebreaker recupera el espíritu del juego de Midway para la malograda consola de SEGA, puesto que tanto su desenfado a la hora de poner en escena los caricaturescos luchadores, como la apuesta por la simplificación de controles, nos retrotraen a dicho escenario. Un cambio brutal para los mismos creadores del realista Fight Night.
Así, tenemos un grupo de boxeadores de lo más variopinto, desde un galán torero español hasta un saco descerebrado de músculos, pasando por algunas representantes femeninas algo siniestras, o incluso frikis y lunáticos. Para complementar en condiciones este grupo, podemos hacer uso de un potente editor que, sin llegar a las cotas alcanzadas en el reciente Soul Calibur IV, sí que permite dar rienda suelta a nuestra imaginación, compartir nuestras criaturas y hacer que la comunidad juegue con ellas. ¡Igualito que con Spore!
A la hora de la verdad, el apartado jugable rinde tal y como se espera de un título de tales características. Así, los controles básicos se resumen en golpe alto y bajo, gancho alto y bajo, lanzamiento, cubrir y esquivar. Al encadenar varios golpes seguidos, se rellena una barra que nos permite propinar un golpe mucho más potente, cuyo cénit se alcanza en el Facebreaker, que acabará directamente con el rival. Sin embargo, el intercambio de golpes hará que sea bastante difícil llegar a este especie de Fatality.
Eso sí, el sistema requiere cierto tiempo de adaptación. El mayor error consiste en afrontar el combate como una competición por ver quién golpea más botones en menos tiempo. No es así, puesto que el quid radica en el viejo piedra, papel, tijera que debemos dominar para llevar la iniciativa y poder tumbar al oponente tres veces. Si no eres capaz de bloquear o esquivar, seguro que haces que tu rival haga honor al título del juego una y otra vez.
El juego consigue engancharnos con un planteamiento simple pero efectivo; el modo online y el editor son las bazas que resultan más duraderas, ya que el hecho de crearte un boxeador con tu propia foto y machacar a los colegas a puñetazo limpio es el mayor activo de Facebreaker. Lástima que la diferencia jugable entre escoger uno u otro boxeador sea escasa, o que jugar contra la máquina sea excesivamente chungo.
Técnicas de juego de piernas
El aspecto visual de Facebreaker encaja como un guante dentro del contexto del programa. Desenfadado, colorista y cien por cien ‘cartoon’, lo más destacable es su total fluidez y la inalterable tasa de 60 frames por segundo. Lo único que echo en falta es que el motor gráfico caracterizara un poco más a nuestros boxeadores creados, acercándolos más al estilo de los personajes originales que incluye el juego. ¡Ese Peter Moore repartiendo mamporros ahí!
Respecto al audio, tendremos a nuestra disposición una banda sonora repleta de rap y hip-hop para amenizar y agilizar los combates, aliñados con un completo conjunto de samples y efectos de sonido durante las peleas.
Conclusión
Si bien Facebreaker se me antoja como un producto de corto recorrido debido a ciertos asuntos ya comentados, hay que reconocerle la notable implementación de su jugabilidad, simple y directa, pero con un punto de exigencia que separará a los que aporreen los botones sin ton ni son, de los que busquen bloquear el ataque del rival para encadenar directos y mandarlo a la lona.
Sin duda, adecuado para todo el que quiera acercarse al boxeo sin excesivas complicaciones, y pasar un buen rato en líneas generales en el multijugador. El recorrido del juego tampoco va mucho más allá, lo cual no significa, ni mucho menos, que el juego no sea bueno. Simplemente hay que jugar algo más que a una simple demo.
Yo solo he probado la demo, y me esperaba otro Ready 2 Rumble que me encanto en Dreamcast, pero no me gusto mucho la demo.
Pues gamerankings habla de un 55% en ps3 y un 59% en Xbox 360, y es muy raro en los tiempos que corren que las revistas estén tan de acuerdo en otorgar una nota «tan baja» a un juego. Habrá que probarlo igualmente.
P.D. ¿No os de la impresión de que en la escala de puntuación videojueguil, menos de 7 es suspenso? Jarl
este es un juego que no se deja jugarlo en solitario, como el Fifa Street.