Retrovisión: Mad Mix Game

Mad Mix

Pronunciar Mad Mix Game hace esbozar una amplia sonrisa a todo aquel que jugó en su día al estupendo programa de Rafael Gómez, el cual, en base a los cimientos de una idea muy conocida como era la del incunable Pac-Man, consiguió levantar todo un juegazo que exigía al jugador grandes dosis de habilidad, mientras no dejaba de sorprenderle con las nuevas habilidades del comecocos Mad, enemigos muy caricaturescos, con personalidad e inteligentes patrones de movimiento, y todo ello impregnado de un humor muy peculiar. Realmente es difícil sacarle algún defecto a Mad Mix Game. Quizá pecase de ser un poco lento en su desarrollo, pero incluso la dificultad estaba realmente ajustada y el juego era realmente largo.

La mecánica del juego nos pone en la piel de todo un come-cocos profesional, el intrépido Mad, cuya misión consistirá en ponerse como el kiko de kokos, eso sí, esquivando el incansable ataque de los fantasmas Pelmazoides, enemigos bastante irritantes que secundarán a otros más poderosos como el dichoso Repugnantoso, capaz de hundir las bolas en el suelo, haciendo imposible la tarea de comérselas. O la maliciosa Maricoco, un insecto capaz de reponer bolas a diestro y siniestro, alargando aún más si cabe la tarea de limpiar de cocos cada uno de los niveles.

Mad Mix

La primera fase homenajea la estructura original del Pac-Man, aunque a una escala mucho más grande. Pero la cosa no acaba ahí, puesto que el juego ofrece catorce fases más, todas diferentes, y en cada una se van introduciendo las distintas características que hacían de Mad Mix Game un perfecto ejemplo de cómo tomar una idea ya existente y llevarla a otra dimensión, haciéndolo único y despegándolo absolutamente del arcade de Namco. Pronto podremos hacer uso de los distintos items que Mad podía encontrar en cada laberinto.

De primeras, podíamos «mosquearnos» mediante el típico item que nos permitirá comer fantasmas, al igual que en el original de Namco. Más adelante podremos entrar en recorridos predefinidos donde nos transformamos en nave espacial o en tanque, cobrando una capacidad de disparo letal para nuestros pobres enemigos. Normalmente estos recorridos especiales se sitúan en lugares estratégicos, sirviendo de refugio para situaciones desesperadas. Que por algo se llaman Pelmazoides los dichosos fantasmones.

También podíamos transformarnos en Hipopodosos, que no es otra cosa que un cruce entre Mad y un hipopótamo, muy útil para aplastar fantasmas. Tengo que volver a mencionar al odioso y verde Repugnantoso, muy peligroso por su contacto letal y su irritante manía de aplastar bolas. Para contrarrestar este efecto, podíamos transformarnos en Excavatófonos, emulando a los eternos obreros que pueblan cada calle de Madrid y levantar los cocos del suelo. Cuidado, el Mad obrero es bastante vulnerable y sensible. Avisados quedáis.

Mad Mix

Gráficamente, Mad Mix Game exhibía gráficos bien definidos y muy simpáticos; bien es verdad que resultaban algo repetitivos en las estructuras laberínticas, a la par que geniales en la animación y diseño de los personajes. Mención especial, como siempre, para la melodía introductoria de Gominolas, la cual encajaba perfectamente con el espíritu del juego.

Topo
se encargó de que todos los sistemas de 8 bits recibieran su copia de Mad Mix Game, encargando a Jesús Medina la versión Commodore 64. Pero la compañía hispana recibió la mejor noticia en el momento que U.S. Gold compró los derechos de distribución del videojuego fuera de nuestras fronteras, alzando el prestigio de Topo en el extranjero. Eso sí, el juego sufrió ciertas modificaciones. Pasó a llamarse Pepsi Challenge, siendo patrocinado por la famosa marca de bebidas.

Anuncio Pepsi

Seguramente que Mad dejó a un lado su afición de zampar bolas y se dedicó a beber ingentes cantidades de Pepsi, de ahí que le salieran dos grandes patas y decidiera, en Pepsi Challenge, aplastar bolas en lugar de tragarlas. Por lo demás, el juego era igual de bueno, y debe ser considerado de los mejores de la historia del videojuego español, empezando por la impresionante portada de Azpiri y terminando por el redondo trabajo del programador de Viaje al Centro de la Tierra, Rafayo Gómez.

Por último, recomendaros el correspondiente Remake del juego, realizado por Zikitrake. Resulta bastante curioso, sobre todo por su aspecto gráfico, tirando más al estilo de dibujo animado, aunque no dejo de recomendaros jugar a la versión original. Por ejemplo, a la versión Spectrum, como siempre en World of Spectrum Online.

Review Everybody’s Golf: World Tour PS3

Everybodys Golf

Un poco de historia: Golf

El videojuego de golf propiamente dicho no es algo que vayamos a descubrir a estas alturas. Desde las entrañas más profundas de la historia del videojuego podemos rescatar a principios de los ochenta el Golf para Atari 2600, que ya comenzaba a explotar la vertiente Mini-Golf de este noble deporte. Dando un salto desde atrás hacia delante, nos damos de bruces con todo un punto de inflexión para este tipo de juegos. PGA Tour Golf de Electronic Arts sienta las bases del género con su interfaz de tres clicks: comienzo, potencia y colocación. Esta auténtica metáfora del golpeo de bola pervive hasta nuestros días, donde el flamante Everybody’s Golf: World Tour que estamos viendo hoy se va a convertir en un auténtico referente.

El logro más importante de la saga Minna no Golf -nombre del presente juego en Japón- es acercar a toda clase de públicos a un deporte que siempre ha sido considerado demasiado ‘elitista’. Para ello, el programa del estudio Clap Hanz pone todo de su parte: el diseño rezuma la palabra cute en todo momento, con personajes muy del estilo manga, tanto en su apariencia como en sus gestos. En general, visualmente asistimos en todo momento a un baño de color que nos hace recordar a los anuncios del Sony Bravia, donde este juego no desentonaría en absoluto.

Los escenarios representan diferentes tipos de entornos, así como condiciones climatológicas cambiantes, contribuyendo a la sensación de variedad que reina dentro del juego. Aunque están correctamente representados, son los personajes los que se llevan la palma, con todo tipo de detalles, gestos y animaciones. También contribuye, y mucho, la estupenda localización al castellano que se ha realizado, con voces ampliamente reconocibles dentro del mundo del doblaje. Siempre desde un punto de vista desenfadado, consiguen conectar con el jugador y eliminar la seriedad que parece poseer como íntrinseca el juego del Golf.

EveryBodys Golf

Abierto para todos, reservado a los mejores

El aspecto jugable es la piedra angular que hace asentarse a Everybody’s Golf: World Tour como un acontecimiento social, desmarcándolo ampliamente de lo que podría ser un simple juego deportivo. Es lo menos que puede decirse de un programa que consigue multiplicar los beneficios jugables que pueden aportar tres simples pulsaciones de botón. Porque si quitamos el posterior efecto de golpeo, el estudio de la jugada a vista de pájaro y la colocación orientada de nuestro personaje, nos quedamos con los tres clicks que lleván utilizándose desde tiempos inmemoriales. Y para la ocasión, se ha remozado el sistema de manejo; en los anteriores títulos de la saga, veíamos un medidor para controlar la fuerza del golpe. En esta ocasión, el control es más visual e intuitivo, a la par que más exigente.

Así, para determinar la fuerza tras comenzar el golpe, debemos parar la animación del golfista en el momento adecuado. Cuanto más incline el palo, más potencia se imprimirá. Acto seguido debemos espabilar para determinar que la bola no se desvíe de la trayectoria que escogimos previamente con la orientación del jugador. Se hace necesario detener un círculo que aparecerá dentro de otro, en cuestión de décimas de segundo. Si somos muy lentos o demasiado rápidos, la pifia será monumental. Y aunque parezca más complicado que el sistema original, podremos imprimir un ‘extra’ de potencia un número limitado de veces por partida, algo que puede otorgarnos ventaja si logramos dominar el sistema de control.

Everybodys Golf

Conclusiones jugables

Si unimos el control con los seis circuitos que incluye el juego, repletos de obstáculos y buen gusto a la hora de diseñar, y metemos en la coctelera todos los beneficios que aporta el desenfadado y cuidado apartado gráfico, arrojaremos un poco más de luz sobre la capacidad de enganche que ejerce Everybody’s Golf: World Tour sobre cualquier jugador que se acerque al mismo. Por mi parte, tengo que decir que nunca me había enganchado ningún juego de golf. Y sin embargo, ahora llevo picado unos cuantos días para intentar desbloquear todos los personajes, trajes, objetos y caddies y posteriormente aprovecharlos en el currado modo online, donde cada día se disputan campeonatos a go-go.

Y para concluir, algo realmente importante. Hemos visto a Everybody’s Golf: World Tour desde la perspectiva del jugador casual que se acerca inocentemente al juego y cae atrapado en su red. Tomamos este prisma y lo volvemos del revés, como si fuéramos auténticos fans del golf, incluso puristas. ¿Sigue siendo recomendado? La respuesta es un rotundo sí, puesto que su comentado acercamiento desenfadado no impide disfrutar de la esencia del juego, que una vez destapado de tanto colorido, no es otra que la del deporte favorito de Seve Ballesteros. Da igual de qué forma lo mires. El juego es de chapó.

Nota Everybody’s Golf World Tour: 9

[Reseña Patrocinada] Truequi: intercambia y vencerás

Truequi 2.0: intercambia y vencerás

Como coleccionista de videojuegos de todas las clases y épocas, y por tanto, sistemas de ocio electrónico y accesorios, en multitud de ocasiones me he topado con un caso muy concreto: un videojuego que ya he terminado y no me importaría deshacerme de él, un programa que no acaba de encajar en mis gustos, un periférico que tengo repetido porque me lo han regalado… Este momento suele contraponerse a otro completamente opuesto: seguro que estás buscando aquel juego que no pudiste conseguir en su momento y llevas toda la vida queriéndolo jugar. O quizás una consola que se te rompió hace poco y te encantaría volver a tenerla. ¿Cuál es la solución? Un intercambio, o trueque.

Y este último término es la clave diferencial del nuevo sitio web Truequi. Completamente en español y a través de un diseño limpio y conciso, podemos acceder directamente a los últimos objetos ofrecidos en la página, mientras que para viajar a lo que verdaderamente nos importe en cada momento utilizaremos las categorías, donde los objetos se clasifican en temas como Libros, Moda, Coleccionables, Informática, Antigüedades y muchas secciones más. En concreto, Truequi dispone de una sección en exclusiva para el intercambio de videojuegos y todo lo relacionado con el mundillo del ocio electrónico, sección que de seguro puede interesarnos para conseguir los objetivos que os describí al comienzo del artículo.

¿Cómo puedo intercambiar?

El mecanismo es muy sencillo: basta registrarse en la página de Truequi para poder comenzar a ofrecer objetos o pujar por los que ya se ofrezcan. El método de puja será ofrecer uno de nuestros objetos. Si al usuario que dispuso originalmente el objeto le parece bien, el trato se cierra, quedando ya en manos de los usuarios el fijar el método de envío de los objetos. Tan simple y directo como el comercio clásico. Por último, comentaros que la página registra todos los intercambios que se han realizado, de forma que podremos seguir a un objeto en concreto en sucesivos trueques. Quien sabe, igual acaba volviendo al usuario original en una especie de cadena de favores. Truequi hace posible esto y mucho más.

Para animarnos a subir nuestros objetos a la página web, Truequi nos ofrece a través de su interfaz, la lista de objetos más intercambiados hasta el momento. Entre ellos aparecen, por ejemplo, la primera temporada de Lost (Perdidos) en DVD o el teléfono-consola de Nokia N-Gage QD. También cabe destacar que aparecen objetos de coleccionismo, como monedas de otros países.

Intercambio truequi

Cambiar objetos, darles vida

En conclusión, una oportunidad única de conseguir aquel disco de música que nunca escuchamos, el libro que nos quedamos con las ganas de leer o nuestro videojuego favorito una vez más. Lejos de complicarnos con elevadas pujas y del traumático paso de tasar nuestros objetos, Truequi se basa en el antiguo arte del intercambio y te lo pone en bandeja de la manera más sencilla posible. Que ustedes lo truequen bien.

Reseñas semanales: 27-04-08

Ice Climbers

Antes de comentaros algunas recomendaciones para terminar bien el fin de semana, comentar que estos últimos días ha sido todo un orgullo para el PixeBlog, sobre todo por esa entrevista al genio Jon Ritman, uno de los clásicos entre los clásicos del mundo del videojuego. Ciertamente sería complicado pensar que, cuando comencé a escribir en el Blog hace un año y medio, tendría la posibilidad de hablar con uno de los artífices de lo que hoy conocemos como entretenimiento electrónico. Y tras la parrafada y acordarme del maldito árbitro del Cádiz-Sporting, ahí os comento alguna reseña que otra:

Los 10 mejores años de la historia del videojuego: me he enterado desde PixFans que la gente de GameTrailers, adicta a realizar todo tipo de listas y top tens, vuelve a la carga con este compendio de las mejores cosechas de videojuegos. Como siempre, y a pesar de que nuestra opinión difiera posiblemente de la de esta página, un visionado más que recomendado.

Analizando el WiiFit: el armatoste periférico estrella de Nintendo ha dado mucho que hablar desde que salió hace unos días. Buscando por la red he elegido el análisis que ha realizado el bueno de Dandel, bastante completo y cercano.

Ice Climber: la reseña retro de la semana la aporta Jaimixx desde su Insert Coin. Uno de los juegos de NES con todas las señas de identidad de la época: sencillez y adicción. Esquimales y focas a go-go.