Barbarian de Palace Software, un one-vs-one lanzado al mercado en el año 1988. Se puede decir que se convirtió en un clásico en muy poco tiempo. Puede que fuera por su adictiva mecánica, fácil de manejar y difícil de dominar. Tal vez tuviera que ver la intensidad de los combates a los que asistíamos, algunos de ellos aderezados con elementos gore en forma de cabezas rodantes, todo un hito por aquellos tiempos. Seguro que contribuyó en gran parte la posibilidad de luchar contra nuestros colegas, mano a mano.
Bueno. Ni jugabilidad, ni combates intensos y sangrientos, ni modo de dos jugadores simultáneos. Lo que realmente hacía que desembolsáramos el puñado de pesetas que costaba el juego era la impactante presentación: una caja grande y reluciente con una pareja de bárbaros: el primo de Conan y la exhuberante Maria Whitakker en todo su esplendor. No hubo censura, ni falta que le hacía. Qué barbaridad.
El juego, lanzado para Amstrad, Spectrum, Commodore 64, Amiga y Atari ST entre otros, cuenta un típico argumento: la princesa Marina (o Mariana, dependiendo de l país en el que saliera el juego) ha sido capturada por el malvado conjurador Drax. Este mago pervertido ha convocado a los mejores luchadores del reino para protegerse, siendo nuestra meta acabar con todos estos mercenarios y derrotar en el combate final al dichoso Drax.
El escenario del combate estaba siempre flanqueado por dos serpientes enroscadas de mirada amenazante. Estos reptiles se quejaban cada vez que uno de los combatientes recibía un impacto de su oponente. Sin embargo, el método para medir la vida de cada luchador eran seis simples círculos, los cuales iban menguando cual luna vieja hasta que desaparecían y acababan con el combate. Golpe a golpe, podíamos acabar con el luchador enemigo. Nuestra espada era nuestra principal arma, aunque también cabía la posibilidad de utilizar la patada media y el barrido bajo rodando por el suelo.
El conjunto de ataques disponibles era bastante extenso, resultando esencial el posicionamiento a la hora de encarar al adversario, así como el uso del salto y el movimiento de rodar para esquivar los mandobles y contraatacar con fuerza. El combate era rápido y ágil, exigiendo bastante práctica para coordinar con acierto las combinaciones de golpes, siendo ejemplar en este sentido. Barbarian era, sin duda, uno de los primeros one-vs-one que permitía desarrollar tácticas de combate. Mencionar en este párrafo al excepcional International Karate de System 3 y portado por Endurance a MSX, todo un juegazo de lucha.
A pesar de esta amplia gama de golpes, existía una combinación que ensombrecía a todas las demás: el movimiento de decapitación. Como es lógico, esta maniobra requería que se efectuara en el momento preciso y a la distancia correcta; si el oponente no conseguía esquivarla, todo acababa con su cabeza saltando por los aires, el combate finalizado y el correspondiente batracio verde recogiendo sus despojos y jugando al fútbol con su cráneo. Una estampa que se convirtió en uno de los momentos más emocionantes dentro de la dilatada historia de los videojuegos.
Barbarian resultó todo un éxito internacional, aunque no se libró de la censura en países como Alemania, donde el hecho de poder arrancar la cabeza al enemigo no pasó desapercibido, resultando todo un antecedente para polémicas futuras como el famoso Mortal Kombat. El juego recibió una secuela, Barbarian II: Dungeons of Drax, donde era posible manejar tanto al bárbaro como a la princesa rescatada entonando el lema de ‘las chicas son guerreras’. Como curiosidad citar a un Barbarian alternativo programado por los maestros de Psygnosis, que en esta ocasión desarrollaron un extraño juego de plataformas y acción que se controlaba mediante iconos.