Pensaba el otro día en Left 4 Dead como el triunfo de trasladar una vieja fórmula jugable al plano Zombie que tan de moda está últimamente, cruzándolo, obviamente, con la corriente cooperativa multijugador, tan extendida por los inescrutables caminos de la presente generación de videojuegos. Igual son tonterías mías, pero yo opino que el núcleo del matazombies de Valve tiene muchísimo en común con el añejo Gauntlet, aquel arcade de Atari Games donde cuatro personajes debían avanzar por intrincadas mazmorras mientras se quitaban de encima centenares de enemigos que los acosaban desde todas las direcciones posibles.