Hoy publico el concienzudo análisis realizado por mi amigo Jacobo Cortés, en el que desgrana una por una todas las perlas que nos dejó la última obra de Christopher Nolan. Os aviso que encontraréis spoilers, por lo que os ruego haber visualizado la película antes de leerla, aunque espero que lo hayáis hecho, ya que os he dejado tiempo suficiente para ello. Ahí va.
La génesis del murciélago: El paso a Caballero Oscuro
A la hora de hablar sobre “El caballero oscuro” no es posible hacerlo sin usar en más de una ocasión y de formas diferentes el término evolución. No solo a una serie de niveles y aspectos que conjugan todo lo que rodea al desarrollo de un film como son, historia, personajes, fotografía, montaje, dirección, música, efectos especiales o hasta cualquier mínimo detalle de atrezzo, diseño o producción. Sino también a una escala evolutiva emocional tanto para los personajes que se pasean por la película, pasando por todos los seres humanos que han intervenido en ella haciéndola posible, y acabando en la repercusión que tiene sobre el espectador cuando termina de visionarla.
EVOLUCION EN SUS PERSONAJES
Visto ya desde todos los ángulos posibles no queda ninguna duda de que esta segunda entrega de esta nueva saga cinematográfica de Batman ha sufrido una evolución lógica con respecto a su antecesora. El vigilante nocturno ya no es el principiante que cometía errores como dejarse gasear y prender fuego por El Espantapájaros. Ciertos detalles lo ponen de relieve como tener ciertas mejoras en su traje que lo hacen más hábil, fuerte y resistente para sus enfrentamientos, en especial en lo que respecta a su máscara con la que ahora puede girar la cabeza, no cualquier puede desenmascararle o gozar de unas lentes de visión especial (un detalle hecho para los fans, ya que en los comics Batman siempre lleva los ojos de la máscara coloreados de blanco).
Aunque como es de costumbre en el excelente cine al que el Sr. Nolan nos tiene acostumbrados, son sus escenas las que hablan por sí solas, como aquellas en las que Bruce se siente responsable de la gente que se disfraza queriendo seguir su ejemplo o muy especialmente aquella en la que se encuentra desolado y culpable por la muerte de Rachel, un momento fantástico que nos devuelve a una escena sacada directamente de “Begins” en la que Bruce de niño se sentía culpable por la muerte de sus padres, dejando claro que ese es el único sentimiento que nunca evoluciona, haciéndose tan solo más difícil de llevar con el paso del tiempo.
Es por esto que vemos una evolución en todos los personajes del film, menos en uno. Alfred es el estandarte de la sabiduría conseguida con el devenir de la edad, es el pilar indestructible sobre el que se sustenta la desequilibrada vida de Bruce, lo único en lo que se puede apoyar. Dejarle las frases más sarcásticas y graciosas del guión sigue demostrando que a Alfred no le hace falta cambiar.
Otro de esos nuevos aspectos del film en cuanto a dar un paso más es el antes mencionado futuro del personaje de Rachel Daws. Es sin dudas uno de los platos fuertes y la más firme apuesta de un guión sólido y con un planteamiento aún más valiente que el de su primera entrega. Al llevar al personaje de Rachel al siguiente nivel para no quedarse atrás con respecto a él resto de participantes en la historia, el único peldaño que le queda ascender en la escala evolutiva de la saga es el de mártir. Señalar que la labor de Maggie Gyllenhaal es muy creíble y acertada, pero más acertada aún ha sido la idea de sustituir para esta nueva faceta del personaje a la inútil Sra. Cruise por la antes citada actriz.
Quizás el personaje cuya evolución es más evidente es el de James Gordon, cuya participación en esta entrega es de mucha mayor relevancia con respecto a la primera si cabe, y guardándose para el solo el protagonismo de una de más mejores sub-tramas de todo el film, que terminan desencadenando en ese siguiente paso tan esperado por los aficionados a los comics, convirtiendo al teniente Gordon al fin en comisario.
Gary Oldman de nuevo se luce como nos suele tener acostumbrados en todas sus escenas, desde las más simples que van desde las conversaciones con Batman, Harvey Dent, el alcalde, su mejor o sus superiores, hasta algunas condenadamente memorables como cuando capturan al Joker, el post interrogatorio (luciendo por fin esa gabardina que sabrán reconocer los fans), todo el climax final o esa última conversación con su hijo. Un deleite para cualquier cinéfilo, como siempre, degustar cualquier maravilla llevada a cabo por Oldman, que hace de esta nueva etapa de Gordon un hombre más fuerte, más seguro de sí mismo y más respetado.
EVOLUCION EN SU HISTORIA
Partiendo de la base establecida por el final de la primera entrega queda claro que Gotham es un personaje mas de la historia y que como tal también ha sufrido ciertos cambios, estos se traducen en una mejora de la vida de sus ciudadanos al haberse convertido en un sitio más seguro ahora que sus calles están limpias de maleantes.
Por lo tanto la propia evolución de la ciudad es el resultado lógico a la evolución de sus protagonistas, haciendo de esta forma que toda la trama que se relata en el film de él siguiente paso en el desarrollo de la historia del hombre murciélago.
Las nuevas etapas en las vidas de los protagonistas solo sirven para avanzar en la primera mitad de la película, es en la segunda mitad donde se desarrolla completamente el tema principal que nos hace entender el mensaje del film, y ello es gracias a el protagonismo absoluto de los dos elemento más importantes de esta nueva entrega, Harvey Dent y El Joker, este último ya todo un referente digno de pertenecer a la galería de villanos ilustres como Hannibal Lecter o Darth Vader gracias a la interpretación del malogrado Heath Ledger, que sin que para nada influya el hecho de su temprano fallecimiento coloca su “performance” en la vitrina de mejores interpretaciones de la historia del cine.
Es en el punto en el que todos sus protagonistas están perfectamente encajados entre sí como las piezas de un reloj, cuando la historia comienza a dar lo mejor de sí misma. La trama es una tela de araña maravillosamente hilvanada por todas las intrigas que las rodean, es así como se nos presenta el comienzo donde parece que todo es mucho mejor, la misma fotografía de la película nos lo está diciendo, hay menos oscuridad y mucha más luz, pero es una luz que sigue siendo fría y gris. Todo el buen rollo que se respira en Gotham no deja de ser una cortina de humo, un lugar donde ahora ha dejado de reinar el terror para reinar la falta de confianza en el prójimo.
Los agentes de la ley no terminan de fiarse de Batman, Dent busca la confianza de Gordon para formar una alianza con él y el señor de la noche, pero es el propio Dent quien niega la confianza en la propia unidad policial de Gordon. A su mismo tiempo Batman, apenado por toda la responsabilidad no quiere involucrar más a Gordon lo que lleva a este a sentirse apartado.
Incluso los mismos criminales de la ciudad ya no confían en los jefes de las otras bandas o en su propio contable.
Mientras cualquiera de los habitantes de la ciudad tiene que estar mirando por encima de su hombro nadie vigila a una mente criminal cuyo nivel intelectual es solo superado por su perversidad, un ser perteneciente a un mundo sin reglas o compasión que demuestra que los monstruos si existen, un agente del caos que sabe que con un pequeño empujón todos podemos mostrar nuestra otra cara, El Joker.
UN PLATO FUERTE Y UN PLATO COMBINADO
Sin duda alguna el mayor reclamo publicitario de esta nueva entrega es El Joker, de hecho toda la campaña de publicidad estaba sustentada alrededor del personaje, pero el triste fallecimiento de Heath Ledger llevó a mermar dicha campaña ligeramente. A pesar de ello su muerte no hizo otra cosa que darle un interés adicional al film por parte del resto de la gente familiarizada más con el mundo del cotilleo o el morbo que el del cine.
Yo personalmente tras ver su interpretación y el aporte que da al personaje solo puedo decir que el suyo es el auténtico Joker, el que he leído una y mil veces en los buenos cómics de Batman, el Joker que da miedo, que es como debe de ser. Escenas tan terroríficas como el truco del lápiz delante de los jefes de la mafia, la visita a Gambol haciéndose el muerto (con su falsa explicación de las cicatrices incluida), el interrogatorio al que es sometido, la conversación final con Batman o su salida del hospital mientras todo estalla son buena muestra de ello y un regalo para cualquier cinéfilo que se precie.
Pero quizás, es aquella en la que manda a la cadena de TV el video donde tortura al chaval disfrazado de Batman en donde a un servidor se le eriza todo el cuerpo, una escena tan memorablemente terrorífica como aquella en la que por primera vez un tiburón asomaba su hocico cerca de una playa llena de niños.
Tras toda la pirotecnia interpretativa que es este personaje, tenemos en la sombra a él que es el segundo mejor reclamo de esta entrega, que de no llegar a ser por el personaje antes mencionado hubiera captado mucho más la atención de todo el público como se merece. El personaje de Harvey Dent por un lado, es todo lo que uno querría ser en un mundo real como el nuestro, una persona triunfadora, positiva, hecha a sí misma, y lo que es más importante todo lo anterior siendo honrado y honesto.
El político perfecto de cuento de hadas urbano, esa mente incorruptible que una vez corrompida nos devuelve a la realidad de un bofetón. El personaje de Dent es sin duda ese reclamo tan bien utilizado en la primera entrega para hacernos sentir en un mundo real y que nos metamos de lleno en la película, convirtiéndose en el engranaje maestro de la historia, la pieza clave que hace que el reloj vaya como una seda, hasta que decide pararse y comenzar a hacer girar las agujas en el sentido contrario.
Dos Caras es por otro lado uno de los personajes más queridos del universo del hombre murciélago, esa dualidad que complementa perfectamente el bien y el mal de las mejores maneras. Batman y el Joker son los extremos de esa dualidad, Dos Caras es la balanza, el Yin y el Yan hecho hombre. En el film el personaje es tratado con el mismo cuidado que con el tratan a Harvey Dent, dándole un enfoque tan carismático a uno como desasosegante a el otro.
Aaron Eckhart hace suyo ambos personajes con una sobriedad aplastante que queda demostrada en escenas tan espléndidas como lo son por ejemplo su entrada triunfal en el juicio (con puñetazo al testigo incluido), el interrogatorio a uno de los ayudantes del Joker con su moneda (antes de ser Dos Caras), la conversación por walkie-talkie con Rachel, y sobre todo su conversación con El Joker mientras este lo convierte en Dos Caras o todo el clímax final entre el, Batman y el comisario Gordon. Momentos de auténticos despuntes con los que ayuda tanto como el personaje de Heath Ledger a llevar esta película al siguiente nivel.
UN GUION CON NOMINACION
Tramas como las de “El Caballero Oscuro” no son nada fáciles de plantear, quizás en su primer visionado la película puede parecer demasiado liosa o sobrecargada, pero tan solo es debido a la información masificada que lleva consigo. En un primer vistazo segundas tramas como ¿Quién es el Joker y que espera conseguir?, El trío Bruce, Rachel y Harvey o los ahorros que la mafia trata de salvar con su contable en Hong Kong pueden parecer en algunos momentos innecesarios en otros incompletos, pero todo esto se disipa cuantas más veces se asiste al visionado de la película.
Tal y como sucedía con “Batman Begins” todas estas sub-tramas llevan a una serie de acontecimientos que como dije más arriba se sustenta en intrigas tejidas con suma maestría. Detalles insignificantes como que la acompañante de Bruce pertenezca al ballet ruso, termina perfectamente enlazadas con esas “vacaciones forzosas” que se ve obligado a tomar el Sr. Wayne en la bahía de Hong Kong o chistes tan simpáticos como el de un empleado de industrias Wayne sobornando al personaje de Morgan Freeman para no desvelar quien es realmente Batman se terminan por convertir en parte del clímax del film, donde El Joker disfruta poniendo las cosas del revés y demostrando que todos estamos a un espectro de ser monstruos.
Visto de esta forma es obvio que al tratarse de un film donde El Joker es el verdadero protagonista, es un guión lleno de mentiras que iremos descifrando conforme más veces la veamos, una mentira que se convierte a cada paso que da en una cruda realidad, una joya de guión que roza el esperpento y que necesitara de tiempo para que todos podamos asimilarla y alabarla como se merece. Tan solo conociendo la mente de su creador a través de una obra como “Memento” podamos empezar por entender el sistema narrativo del Sr. Nolan.
En cuanto a sus frases realizar un breve apunte con respecto a su antecesora, en la que todo el rato era como ver un buen partido de tenis, las frases iban y venían de entre unos personajes y otros de una forma fantástica otorgándole un ritmo emocionante al tiempo que tranquilo por sus mas que acertadas pausas. En “El Caballero Oscuro” no se ha dejado de lado esa técnica del todo ya que en su momento quedo demostrado cuan acertada era. Momentos como cuando finalmente el Joker le pregunte a Batman si sabe de qué son sus cicatrices y este contesta. -No! Pero si se de qué son estas!- Al tiempo que le lanza unas cuchillas a la cara.
Cuando Alfred le dice a Bruce que hoy no dirá -Se lo dije- o en especial en la conversación final donde Dos Caras dice que no se trata de lo que se quiere, sino de lo que es justo, haciendo referencia a su conversación en el hospital con el Joker sobre que el caos es justo. De todos modos no dejan de ser pequeñas muestras de un estilo narrativo que hace acto de presencia de manera testimonial, pero que deja paso a uno nuevo en el que la contundencia de las palabras andan a sus anchas por un mundo cada vez más dominado por el terror que estas mismas palabras infligen.
Todas ellas por supuesto proferidas por el Joker, como su explicación de lo que es el caos y de cómo se puede corromper el alma de cualquier hombre, como cuenta mentiras sobre sus cicatrices o como tortura él a Batman en su propio interrogatorio haciéndole entender que no puede hacer nada con toda su fuerza por que terminara por doblegarse a romper su única regla. Aunque en especial me quedo con el final, cuando Gordon definitivamente explica lo que Batman representa y en lo que se va a tener que convertir, un caballero oscuro.
ASPECTOS TECNICOS
Quizás a primera vista “El Caballero oscuro” no presente unos cambios técnicos muy sobresalientes a pesar de que técnicamente la mejora ha sido bastante sustancial, pero como suele ocurrir en películas como esta donde el reclamo se encuentra en otros aspectos que no tienen nada que ver con esto, lo técnico suele quedar algo olvidado. En general la fotografía como ya comentaba antes es más luminosa, pero de una manera fría y artificial, con respecto a la de Begins que daba el aspecto de sucia y envejecida, de esta forma nos llega el mensaje de que todo es una gran mascarada.
Los efectos especiales quizás sean más sencillos y tengan menos protagonismo que en “Batman Begins” incluso, pero hacen la aparición justa y necesaria en aquellas escenas donde el Batmovil se convierte en Batpod, la explosión del hospital o el radar de visión que usa Batman para una de las secuencias finales.
En cuanto a la labor de vestuario y maquillaje es bastante notoria, con respecto a lo primero el tono de sobriedad de la gente vistiendo nos da otro más de esos aportes que hacen a la historia verosímil y así sorprendernos más si cabe con las mejoras del traje de Batman, el traje chamuscado de Dos Caras y el sobrecogedor vestuario del Joker.
Del maquillaje decir que el villano de la función se lleva la mejor parte por lo realista a la vez que simplista de esas pinturas que durante todo el metraje aparecen de forma diferente, se va deshaciendo, se la vuelve a poner y cada una de las veces nunca es igual, convirtiéndose en uno de esos pequeños detalles que elevan la categoría de las películas por encima del resto. En cuanto al de Dos Caras está entre la línea de lo terrorífico y lo desagradable, aunque al parecer no todo es maquillaje ya que hay algo de ordenador, decir que el resultado es encomiable.
Su banda sonora puede resultar en una primera oída muy parecida a la de la primera entrega, pero nada más lejos de la realidad, este es otros de los aspectos en los que la escala evolutiva ha jugado un factor importante. El tema del Joker es la banda sonora perfecta de una mente enferma y cruel, sus continuos tintineos son las manecillas del reloj que es su cerebro, nunca deja de planear, es el tic-tac de una bomba a punto de estallar y finalmente esas descargas de sonido son la bomba que cuando estalla se calma para volver a hacerlo más tarde, la onda expansiva de los actos del Joker no conoce límites.
Solo por este aporte y las mejoras que ha sufrido en cuanto a ritmos el resto de la composición (haciendo de Dos Caras un mártir y de Batman alguien ahora mucho más heroico) esta banda sonora ya puede sentirse igual de orgullosa que la ya mítica fanfarria de Danny Elfman para el clásico “Batman”.
Finalmente de la dirección de Christopher Nolan solo puedo decir que es un monstruo del mismo calibre intelectual que el Joker, pero que usa este intelecto para deleitarnos con obras de arte como la incomparable “The Prestige (El truco final)”. Un señor que hace películas tan colosales como esta y no usa director de segunda unidad demuestran que no solo es la mezcla perfecta de Spielberg y Hitchcock, sino también algo que ya tenía como pura certeza desde el visionado que le di a el film antes mencionado, Christopher Nolan es el futuro del cine en dos aspectos.
Futuro como evolución de lo que es el cine en si como en su momento lo fue Steven Spielberg y futuro como salvavidas para los que buscamos buen cine y no un espectáculo que nos entretenga por unas horas y del que luego no guardemos ningún momento memorable.
Autor: Jacobo Cortés