En ocasiones, llevar un nombre conocido puede ofrecer un resultado tan potente como difícil de soportar. Un verdadero arma de doble filo. Es lo que ocurre con Battlefield Hardline, sin lugar a dudas. Por un lado, llevar tan insigne saga en el título arrastrará a decenas de miles de fans que no dudan en adquirir cada entrega de su serie favorita, haciendo gala del famoso meme shut up and take my money. Por otro lado, Hardline tiene una entidad propia que resulta muy decente como entretenimiento lúdico, resultando un FPS con buenas ideas y notable personalidad, pero por mucho que sea así, el sello Battlefield sigue estando presente en el nombre, en la campaña publicitaria, en el menú de opciones. Y la verdad, este videojuego es cualquier cosa menos un Battlefield. Quizá acabe pesándole tal denominación.
Visceral Games, un equipo de desarrollo que tiene a sus espaldas unos cuantos hits de la anterior generación -con Dead Space a la cabeza-, ha diseñado un modo campaña para Hardline con un enfoque muy a lo serie de televisión, incluyendo las escenas típicas del Previously que recuerdan al jugador los hechos más relevantes acaecidos en las anteriores partidas. La historia del juego abraza un buen puñado de tópicos, desde el policía antivicio que descubre que en su equipo hay algo que no encaja, hasta el jefe mandón e inflexible, pasando por el malo aparentemente carismático o la fiel compañera a la que salvar de morir desangrada. Con todo, el argumento fluye entreteniendo al jugador, mezclando a la perfección los momentos de tensión con otros capaces de arrancarnos una sonrisa. Un detalle más que reseñable.
Sorprendentemente, con cada misión que nos enfrentemos iremos notando lo influyente que resulta actuar con sigilo durante los distintos enfrentamientos con los malhechores. Así, resulta muy efectivo utilizar la placa para hacer valer nuestra autoridad para que el criminal de turno deje su arma y podamos colocarle las esposas -nuestro protagonista tiene unos bolsillos de impresión para guardar tantas-, neutralizando su amenaza. Con un poco de arte, seremos capaces en muchas ocasiones de salir indemnes de situaciones peligrosas sin apenas pegar tiros. Vuelvo a recordar el tema de colocar la denominación Battlefield a un juego que parece ir por otros derroteros, por mucho que los tiroteos sigan siendo una opción tan válida como la del sigilo, pero la verdad es que funciona muy bien el tema de planificar nuestros movimientos escaneando el lugar, detectando enemigos, explosivos o alarmas, y siguiendo un patrón de acción hasta que no nos quede más remedio que desenfundar.
Si el modo campaña ya se alejaba bastante de lo que recordamos en los últimos Battlefield, el multijugador hace lo propio al cambiar muchas de las reglas que los seguidores de la saga se sabían prácticamente al dedillo. Como datos más relevantes, hay que decir que, en líneas generales, el ritmo de juego se ha acelerado de manera apreciable, a la par que los mapas han visto reducido su tamaño. A esto contribuyen ciertas modalidades de juego online como los enfrentamientos cinco contra cinco, el modo de escoltar a un VIP o el de rescatar rehenes. El hecho de anular el respawn en muchos de los modos disponibles, así como las acciones de rescate y escolta nos transportan al pasado, a experiencias tan lejanas como la del mítico Counter Strike. Con todo, hay que decir que también se incluyen tanto mapas como modalidades de juego made in Battlefield, luciendo enfrentamientos multitudinarios sobre vastos escenarios. La mezcla, la verdad, le sienta bastante bien al conjunto, aportando una variedad que será valorada por todo tipo de públicos.
Battlefield Hardline, en suma, aporta una serie de detalles diferentes a la franquicia en la que se ubica. Apoyándose en el potente motor Frostbyte, la gente de Visceral Games ha logrado alcanzar un nivel notable en prácticamente todos sus apartados, dejando la sensación en el jugador de estar probando mecánicas que si bien no son innovadoras, sí que logran la sensación de frescura en un género tan manido como el FPS. Pese a todo, no es de extrañar que el fiel seguidor de Battlefield salga decepcionado. Consecuencias de llevar sobre los hombros la carga de un nombre tan ilustre.
