Imaginemos que en estos momentos, el calendario señalase el año 1990. Hojeamos una revista de videojuegos y vemos una llamativa publicidad a toda página, en la cual se anuncia un juego como el primer representante lúdico de la New Age, un adelantado a la temida llegada del siglo XXI. Para coronar la insólita estampa, un enorme careto de Einstein con el pelo erizado, prácticamente a lo afro, ensimismado con el movimiento de esféricas partículas.
Este ejercicio de ‘Imaginarium’, lejos de tener que ver con una tienda de juguetes para niños chicos, se relaciona directamente con E-Motion, uno de los juegos de habilidad / puzzle más originales y acertados de la época. E-Motion fue desarrollado por The Assembly Line y distribuido por U.S. Gold para una buena cantidad de ordenadores personales, como Spectrum y Amstrad.
La mejor parada en este caso, como no podía ser de otra manera, era la versión Amiga. El programa lucía de manera excepcional en el ordenador de Commodore, realzando su nivel gráfico gracias a los fondos degradados en modo HAM, el cual permitía exhibir hasta 4096 colores en pantalla sobre imágenes estáticas y digitalizaciones. Vamos, que el bigote de Einstein tenía tanto volumen y detalle que parecía sobresalir de la pantalla.
El juego llegó a ser conocido también con el ecléctico nombre de The Game of Harmony allá por territorios norteamericanos, y creo recordar que la última versión que fue lanzada se hizo para Game Boy. La mecánica del juego responde al paradigma de todo buen puzzle: las reglas del juego son escasas y sencillas, mientras que el diseño de niveles va ‘in crescendo’ hasta plantearnos retos de dificultad prácticamente demencial.
Como digo, la teoría base es simple: existen tres tipos de átomos en pantalla, cada tipo identificado por un color. Las esferas desaparecen si chocan con otra de su mismo color, y para que se muevan, debemos desplazarnos con nuestro átomo por la pantalla para desencadenar el movimiento de las bolas restantes.
¿Fácil? Para nada: tomando por supuesto que sus programadores han colocado concienzudamente obstáculos y unido esferas para dificultar las cosas, las leyes de la física entrarán en juego activamente: nos ayudarán a veces, mientras que en otras nos la jugarán, haciendo que átomos de distinto calibre impacten. ¿El resultado de este impacto? La aparición de otra pequeña esfera en pantalla.
Si nos damos prisa, podremos absorberla y desaparecerá del mapa, ganando energía… pero si transcurren unos segundos, el pequeño engendro crecerá, pasando a formar parte de la familia de átomos. Y los átomos grandes explotan al pasar el tiempo, si no hemos conseguido emparejarlos, menguando nuestra sufrida barra de energía. Traduciendo rápidamente: como nos volvamos locos, en un pis pas tendremos la pantalla completamente saturada de bolas, mandando a la porra -entre otros destinos- la partida.
Heredando el manejo de nuestra esfera desde el mítico Asteroids de Atari, la inercia se convierte en la auténtica protagonista del juego; además, otro elemento del legado asteroide será el tener en cuenta que los límites de la pantalla se encuentran conectados: si salimos por la derecha, ¡Chás! apareceremos a tu lado por la izquierda. Un sistema de control que debía alertar, como requisito indispensable, de cantidades ingentes de paciencia.
En fin, que no se si realmente E-Motion es el primer juego que trasladó el nuevo siglo a los ordenadores personales, o si realmente es el programa que el mismísimo Einstein elegiría para pasar los ratos muertos, pero aún a día de hoy, su propuesta sigue manteniéndose tan original y adictiva como cuando jugué en mi Inves 286 hace dieciocho años. Aunque claro, parafraseando al bigotudo, todo es relativo.
Joe, nunca te despertarás sin conocer un juego de puzzle diferente. 🙂
Curioso juego, aunque tiene pinta de ser un poco desquiciante. :m
No conocía este juego y después de leer el artículo me da pena no haberlo conocido antes. Si encuentro un rato entre los juegos de nueva generación que tengo le echaré un vistazo a este clásico.
Gran juego, no lo conocí en su epoca pero sí más tarde gracias a los benditos emuladores. La propuesta era atractiva, pero personalmente la unión de inercia + teletransporte entre los lados de la pantalla me resulta muy incómoda, de hecho debe ser uno de esos raros jugones que se agobia jugando al Joust.
A propósito, vaya masuneo que se está viendo desde lo del concurso del Dead Space xDDDDDDD. Públicamente quiero decir que si quedo como primer comentarista renuncio al premio, a ver si así ganamos en comentarios de calidad xDDDDD.
Recuérdo perfectamente el lanzamiento de este juego. Dieron mucho bombo en la Micromanía.
También recuerdo que fue uno de los juegos que utilizaron en la 5ª Marcha (el prog. de Telecinco con jesús vázquez, penélope cruz y cia.) para el concurso que tenían (versión Amiga of course).
Tiempo después apareció Vaxine que según Micromanía era como el E-Motion pero en 3D. Yo vi la versión Amiga de este último y os puedo asegurar que era espectacular, con mucho colorido también.
Hablando del colorido, para realizar esos degradados tan chulos con Amiga no es necesario utilizar el HAM, creo que es una técnica relativa a la programación del chip copper y que se utiliza en bastantes juegos.
Un saludo.
Un juego divertidisimo, yo lo conoci con el C64, y luego lo jugue tambien en mi «flamante» IBM PS/1 286 en VGA 256 colores. Siempre me ha gustado este juego, que salio en un momento que la originalidad parecia acabada… desde el tetris… (bombazo donde los haya). Al leer este articulo, me he acordado de otro juego tipo puzzle que tambien me gusto mucho, que consistia en ensamblar «moleculas» quimicas: el Atomino (de Psygnosis – PlayByte), que aparecio en 1991, un año despues del E-motion, que casualidad (por la tematica, digo). Era mas calmado que este, en cuanto a que no tiene la «emocionante» accion de este ya que es mas un puzzle convencional, pero engancha!