Crytek ha vuelto a hacerlo. Convulsionar el género de los shooters en primera persona está al alcance de pocas compañías de software. Hacerlo dos veces son palabras mayores. Que esas dos ocasiones coincidan con sus dos primeros videojuegos supone un hito difícilmente repetible. Crysis toma la asentada base de Far Cry, la evoluciona potencialmente en el apartado tecnológico y refina todas y cada una de las decisiones de diseño. Este gazpacho tan especial depara un juego sobresaliente.
La historia nos coloca justo en mitad de una invasión alienígena, allá por el año 2020. El cuerpo de fuerzas especiales estadounidense debe rescatar a los arqueólogos que han descubierto un extraño artefacto, los cuales se encuentran retenidos por el gobierno de Corea del Norte en una isla del Pacífico. Y ya que los Reyes Magos nos han traído un bonito traje nanotecnológico, qué mejor ocasión para estrenarlo y probar nuestras nuevas habilidades.
Los superpoderes que nos otorga este traje colmarían de envidia a Bruce Wayne. Podemos correr a una velocidad inusitada, o también podemos activar la superfuerza para dar galletas a los enemigos, mandarlos a tomar viento o tomar impulso para dar un gran salto. También nos será de gran ayuda la megaresistencia, que nos hace menos vulnerables ante los impactos enemigos. Pero el gran pelotazo lo da la invisibilidad. Lo dicho, a Batman se le pondrían los dientes largos.
El uso de estos poderes, limitado por una barra de energía que se recarga periódicamente, se combina con nuestra habilidad en el combate cuerpo a cuerpo y en la utilización del armamento más vanguardista. Y por supuesto, nuestra táctica preferida a la hora de afrontar los objetivos. ¿Destruir enemigos a quemarropa? Puedes intentarlo, pero no te olvides que bajo ese traje sigues siendo humano, y los malos no son precisamente torpes… ¿Tomar una ruta alternativa y escoger la mejor posición para eliminarlos? Espacios abiertos, enormes, te esperan para descubrirlos. ¿Optar por el invisible sigilo cual Predator? Hecho, ya verás qué cara pone el soldado de turno cuando ‘algo’ lo agarre por el cuello. Aunque debes vigilar el medidor de energía del traje.
Técnicas de otro planeta
Como veis, Crysis sigue apostando por una mecánica similar a la que ya vimos en Far Cry, al menos en su primera parte. Todo se tornará mucho más claustrofóbico y lineal cuando nos sumerjamos en territorio alienígena. La ambientación y las criaturas alien nos recordarán a Matrix y la intensidad de la acción será la protagonista principal. Pero hasta que llegue ese momento, Crysis nos da las llaves de la libertad de movimientos, premia nuestra lucidez y presteza en las decisiones y nos reta una y otra vez desde la memorable inteligencia artificial del ejército norcoreano.
Con todo, el mayor logro de Crysis, siempre desde mi opinión, reside en la brillante aplicación práctica de su brutal tecnología. El fotorrealismo de las texturas, la hipnótica recreción del agua, las expresiones faciales de los enemigos y la física aplicada a la vegetación y a las estructuras son capaces de interactuar con el jugador, ofreciéndole la posibilidad de hacer caer los cimientos de una cabaña para acabar con los enemigos que estén en su interior, o destrozar un bosque de palmeras con impactos de balas perdidas, siendo posible ver a un soldado derribado por un árbol que le ha caído encima.
Por desgracia, no todo es tan bonito como nos gustaría. Todo poder conlleva una responsabilidad, y en este caso, el motor gráfico CryEngine 2 se exhibe al máximo sólo si somos los ‘responsables‘ de una tarjeta gráfica de última generación -como una potente Nvidia 8800– y un procesador de doble núcleo en adelante. Bajar al nivel medio, necesario si nuestra gráfica es más modesta, le hace perder parte del encanto, haciéndose notar que el juego fue concebido pensando en demostrar la potencia del PC mejor equipado.
Los requisitos, por tanto, son bastante elevados, pero hasta cierto punto parece un precio justo que hay que pagar para acceder a tal espectáculo visual. Lo más negativo puede residir en que, para equipos ‘medios’ -un Core Duo con un año de vida, 2 Gb de RAM y una gráfica a caballo entre lo mediocre y la ‘jet set’- el framerate oscila demasiado, asunto que esperamos se arregle con el esperado parche -el de verdad, no el de la inocentada para el MSX– que, por estas fechas, Crytek promete lanzar.
Conclusiones
Crysis se convierte en uno de los mejores FPS de la historia, conjugando una implementación técnica actualmente sin parangón en su género y un abanico de posibilidades jugables que para sí quisieran muchos títulos ‘triple-A’. El mayor enemigo que ha tenido hasta ahora es el decadente estado en el que se encuentran los videojuegos para PC, cuesta abajo y sin frenos. Desde aquí os recomiendo a superar tales escollos para que podáis disfrutar de la acción que propone Crysis, a la que todo seguidor del género debería tener acceso. Un juego, que, muy posiblemente, se verá mejor conforme pase el tiempo.
Pues no sé qué pensar. Crytek me recuerda mucho a la última ID Software, más preocupada en proporcionar buenos envoltorios que buenos contenidos. Aun no he visto Crysis, pero Far Cry no me pareció tan maravilloso como todo el mundo decía, y además sus requerimientos de hardware son excesivos. Es algo parecido a lo que ocurre con F.E.A.R.: que no es para tanto, vaya. Y encima la optimización brilla por su ausencia. Yo por lo menos echo cada vez más en falta juegos como Doom, DN 3D o Portal, sencillos, «llanos», divertidos y (lo más importante) capaces de lucir bastante bien sin necesidad de tener que desembolsar un pastón por un PC de ultimísima generación.