Todavía con resaca navideña, seguro que a todos os apetecerá leer sobre uno de los juegos que más prometían en esta recta final de año: Kane & Lynch, Dead Men. Gracias a Proein podemos analizar todo lo que ofrece este intenso thriller de acción para Xbox 360 y Playstation 3. Lo que no me queda claro es saber qué es mejor, ser un mercenario sin escrúpulos o un psicópata loco de remate. Tú eliges.
Proein distribuye el último juego de IO Interactive, programadores de la conocida y exitosa saga Hitman. La saga del calvo número 47 acaba de recibir una adaptación al cine, mientras que el Kane & Lynch que hoy nos ocupa podría ser también otra futura película, porque el juego está repleto de retazos cinematográficos al más puro estilo de filmes de cine negro actual, con Michael Mann a la cabeza (Corrupción en Miami o Heat). El enfoque visual otorgado a cada escena del juego está pensado para hacernos sentir partícipes de esta particular historia.
Y en esta historia, Kane comienza con todas las de perder, en el corredor de la muerte. Sus lazos con la mafiosa organización de Los7 aún siguen vigentes, y por ello es salvado ‘in extremis’, ayudado por un misterioso lunático llamado Lynch. Aún así, Kane sigue siendo deudor de sus antiguos jefes, los cuales se toman la justicia por su mano raptando a su mujer y a su hija. En dicho punto comienza la relación entre Kane y Lynch para conseguir dinero, el uno por obligación, el otro ordenado por la organización. Esta relación evolucionará entre disparos, asaltos y sorpresas.
Daños colaterales
El guión no es nada del otro mundo, pero sí que llama poderosamente la atención su puesta en escena. Fundidos en negro donde los dos personajes intercambian frases repletas de lenguaje sucio e irónico, golpes de cámara con dramáticos primeros planos y escenas bastante fuertes. Se nota un buen trabajo en la concepción artística del juego. Así, la historia nos impacta mientras jugamos en tercera persona con Kane, el cual contará siempre con su colega y en ocasiones con más mercenarios a los cuales podrá dar órdenes de forma muy básica y directa.
La jugabilidad se basa en avanzar, eliminar y sobrevivir. Existen muchos matices en cada escena, pero básicamente se trata de cumplir tales premisas. Se agradece que los daños sean realistas, siendo indispensable parapetarse tras paredes y otros objetos, obteniendo una buena posición de disparo. Resulta complicado superar los retos a pecho descubierto, tal y como pasa en la serie Hitman. Cabe preguntarse cuál será el grado de interés que mantendrá la historia durante todo su recorrido. La respuesta lleva una de cal y otra de arena.
La parte positiva: el diseño de niveles, algunos de los cuales roza la brillantez. Propuestas como entrar a saco en una discoteca repleta de gente bailando, mientras nos confundimos entre la multitud, o el atraco a un banco en el que los protagonistas tendrán que trabajar sincronizados en dos ubicaciones distintas sí que responden a lo que podríamos esperar de un juego de acción. Además, la posibilidad de cooperar con otro jugador multiplica las posibilidades: Lynch ya no actúa por su propia cuenta -bueno, hay ocasiones que su locura transitoria… ¡no os cuento nada!- y cada jugador debe cumplir sus objetivos.
Por desgracia, este modo cooperativo sólo es posible a través de pantalla partida. Aunque es perfectamente posible jugar -así me he pasado el juego con Chicazul-, sí que es cierto que se pierde mucha visibilidad, algo esencial en las misiones con escenarios abiertos, como en el descampado. Se echa muchísimo de menos la posibilidad del cooperativo online, al igual que un plus de inteligencia en los enemigos, los cuales desarrollan patrones de ataque demasiado predefinidos y previsibles. A pesar de este debe, el reto sigue ahí, gracias al notable diseño.
Una alianza poco duradera
Si bien el juego cumple bastante bien gráficamente hablando, sobre todo en la representación de los personajes principales, sí que es verdad que presenta altibajos tanto en los escenarios como en el resto de personajes. Aunque las animaciones no desentonan, sí que nos hubiera gustado que el nivel se mantuviese en todo momento, algo que se espera en un título de nueva generación. El apartado sonoro es brillante: la banda sonora viene acreditada por Jesper Kyd, que ya firmó las BSO de los Hitman, mientras que la amplia gama de efectos de sonido y el gran trabajo de doblaje responden a las expectativas creadas.
Por último, no hay que olvidar el original multijugador Fragile Alliance. Cada partida es un asalto a un banco, y cada jugador comienza siendo un ladrón. El objetivo es conseguir dinero, pero la seguridad del edificio es dura de pelar. Si un ladrón cae, se convierte en policía y aún puede ganar la partida si acaba con todos los mangantes.
La verdadera baza de este juego es la libertad que propone: un ladrón puede acabar con todos sus ‘compañeros’ de robo para llevarse él solo todo el botín. Sin embargo, sus víctimas se regeneran como policías y ganan un ‘extra’ de dinero si logran vengarse. Un planteamiento realmente interesante que merece la pena probar. Esperamos que ofrezcan en breve mapas nuevos.
Conclusión
Kane & Lynch funciona bien en su cometido: contar una historia de forma violenta e impactante a través del brutal contraste que ofrecen sus protagonistas y desparramando acción en cada uno de sus niveles. Bien es verdad que existen muchos detalles que no se han pulido, algunos más importantes que otros, y que le impiden obtener mejor nota, pero está lejos de ser un mal juego, tal y como se ha dicho en otros sitios. Indispensable para todo amante del cine negro.