A petición popular, ya que el primer repaso a las Ovejas negras de la Edad de Oro del Software español cundió entre la multitud pero pareció quedarse corto, vuelvo hoy a hacer un merecido repaso por aquellos juegos que se llevaron 875 pesetas de nuestro bolsillo a cambio de retratar nuestra cara de bobos mientras soltábamos un tremendo «Pero qué demonios» ante nuestro querido 8 bits particular.
Dinamic: Delfox
Tras Future Stars, la verdad es que el segundo intento por estrenar una línea de lanzamientos barata le volvió a salir rana a Dinamic. Y es que los 100% by Dinamic comenzaron con un shoot-em’up… bueno, mejor dicho, con un matamarcianitos que resultaba más plano que el discurso de un político, donde nuestro único objetivo era aniquilar las mismas naves de colorines una y otra vez. El autor del programa fue Ricardo Puerto, que cuenta en su haber con juegazos de la talla de Hundra, Comando Tracer o Risky Woods. Delfox lo programó en una semanita de ‘baja moral’, consiguiendo el galardón al ‘peor bodrio del año’ por parte de Microhobby, algo con lo que Ricardo está completamente de acuerdo. Si todo va bien, pronto podréis leer una pequeña entrevista que tuvimos hace poco.
Topo: Desperado 2
Aunque el primer Desperado estuviera a la altura de la brillante recreativa de Capcom, Gunsmoke, la verdad es que a principios de los noventa en Topo se encontraban, nunca mejor dicho, desesperados. Con las ideas agotadas y un incipiente mercado de 16 bits, a Topo no se le ocurrió otra cosa que desenterrar un buen juego para mancillar su nombre con una segunda entrega realizada con prisas, dificultad desajustada y nula jugabilidad. Por así decirlo, Desperado 2 podría ser fácilmente un Robocop con reúma, por supuesto a años luz del juegazo de Ocean. Un desastroso socavón para la caída de Topo.
Zigurat: GP Fórmula 1 Simulator
Pues queda claro que Zigurat tampoco se va a librar de su oveja negra correspondiente, y como no podía ser de otra manera, también corresponde al espacio temporal de principios de los noventa, muy cerca de su ocaso final. Y oye, hay que reconocer la valentía de la gente de Diabolic Software, encargados de programar el GP Fórmula 1 Simulator. Porque no encontrarás un juego igual en todo el catálogo de software patrio de 8 bits. Ahora bien, lo que tiene verdadero delito es sacar al mercado un pseudosimulador de bólidos que superan los trescientos kilómetros por hora, donde la miniventana de juego se mueve más lento que el Renault de Fernando Alonso este año.
Parpadeando una y otra vez a través de un scroll menos fluido que un Game and Watch con las pilas agotadas, atravesando sin ton ni son a los contrincantes, clonados uno del otro, y con un descomunal panel de control que nos servirá de más bien poco, el fracaso jugable es absoluto. Eso sí, contaron como ‘asesor técnico’ con Angel Rodríguez. No es Briatore, pero algo es algo…
Opera Soft: Poli Díaz
El videojuego del Potro de Vallecas resultó ser un sombrío precedente para el anuncio de las Natillas. Es decir, todo deportista que aparecía en el mismo adquiría una maldición de tamañas proporciones, algo que desde entonces le haría fracasar una y otra vez, por mucho que antes hubiese cosechado grandes éxitos. Le pasó a Míchel, a Stoichkov, ahora a Ronaldinho y, por consiguiente, a nuestro Poli Díaz, que desde que salió el juego allá por 1990 no volvió a levantar cabeza.
La perspectiva isométrica utilizada nos hacía pensar que en cualquier momento podía salir Sabreman y lanzarnos un par de ganchos; lo cierto es que los combates se veían con claridad… hasta que se juntaban los boxeadores y comenzaba el baile de píxeles, convirtiéndose en una competición por ver quién machacaba la barra espaciadora más rápido. Bastante sosito, hubiera sido más divertido si el árbitro fuera golpeable. O saliera Ruiz-Mateos como personaje secreto. O algo. ¿Más ovejas? Seguro. Próximamente.
Yo estoy loco o la nave de Delfox es muy similar a la de Zynaps?
Muy bueno. X-D
Como ya he dicho alguna vez, creo que los artículos sobre juegos más divertidos son los de los juegos malo.
Y lo de la maldición de las natillas sería algo digno de estudio por parte de Iker Jimenez. X-D
Recuerdo que me gasté una pasta para pillar el Poli Díaz y no jugaría más de una semana, que bodrio.
Me han gustado estas «ovejas negras», puedes seguir 🙂
Mola cebarse con los malos juegos 😀
la verdad es que yo también he encontrado similitud con la nave de zynaps en el primer juego. Tan solo con que has dicho que el desperado 2 se parece al robocop ya entran ganas de probarlo 😀
Hubo algún «Ovejas Negras» de Capitán Sevilla?… Ese sí era malo… qué era eso de «Nos quedamos sin memoria» en la última pantalla?…