Aunque sería harto complicado el quedarme con algún pasaje concreto de la maravillosa Rompe Ralph, en la que los primeros minutos conforman uno de los mayores homenajes al videojuego que se hayan podido ver en la pantalla de un cine, confieso que me emocioné al contemplar al bueno de Q*Bert como parte de la familia de personajes de videojuegos desconectados y sin hogar. Con sólo una imagen de fotograma, los estudios de animación de Disney escenificaron una sentida metáfora acerca de la evolución del videojuego. Sublime.