Recordando a Wonderswan

Como uno de los regalos que más he apreciado en las pasadas navidades, mi colección de juegos y consolas recibió un nuevo miembro, el cual se le podría calificar con varios atributos, aunque me quedaría con dos: ligera y exótica. Lógicamente, al estar hablando de una consola portátil, lo de ligera le viene al pelo, aunque sorprende por lo liviano de su peso en comparación con otras consolas de su estilo. Lo de exótica también parece evidente, al saber que Wonderswan no llegó a desembarcar en el viejo continente. Así pues, aprovechando que Spidey acaba de repasar en Metodologic la vida y mliagros de la consola de Bandai, reproduzco a continuación tan interesante repaso, intercalando un par de fotos de mi artilugio portátil.

Así pues, el mejor ejercicio que podemos realizar será irnos diez años atrás y rememorar las vicisitudes que hicieron de esta pequeña consola una de las más apreciadas por el jugón más hardcore. Y es que en el mundo de los videojuegos muy pocos han intentado hacerle frente a la todopoderosa Nintendo en el terreno de las portátiles. Prácticamente todos los que han probado suerte han terminado en el olvido con mayor o menor gloria. Así, os puedo enumerar entre las bajas aparatos tan geniales como Game Gear, Atari Lynx o la Neo Geo Pocket de SNK. Máquinas de gran calidad que vieron frenado su ascenso por tener que mirar frente a frente a la saga de consolas Game Boy. Curiosamente, la máquina que hoy nos ocupa llegó a tutear en más de una batalla a la gran N…

La pequeña de Bandai, nacida en 1999, fue capaz de albergar en sus circuitos algunos capítulos de Final Fantasy, tiene en su catálogo un título totalmente original de la saga Makaimura (Ghost’n Goblins), ha enganchado a los más roleros con los mágicos juegos de Wizardry, tiene en sus filas un apreciable Guilty Gear… ¡Diantres, hasta en la primera WonderSwan vio la luz ni más ni menos que el inconmensurable terror de culto Clock Tower! En fin, un catálogo que, si bien no se acerca ni de lejos a las portátiles de Nintendo (sobre todo en número), sí que resulta de lo más apetecible de cara al usuario de videojuegos más radical y, por qué no decirlo, más friki. Recordemos que, al igual que pasara con Neo Geo Pocket, la máquina de Bandai se comercializó en dos versiones, primero con la pantalla monocroma y, poco después, luciendo palmito a todo color.

Analicemos el poderoso hardware del que hace gala esta consola en su versión “color”:

– CPU: NEC V30 de 16 bits a 3,072 MHz
– RAM: 512K VRAM/WRAM (compartida)
– Velocidades de comunicación: 9600bps – 38,4kbps
– Función de reloj: en el cartucho
– Puertos de extensión: para los auriculares y comunicación
– Pantalla: LCD reflectante TFT en color a 224×144 (2,8 pulgadas diagonal)
– Sprites: 28 por línea, 128 en total
– Fondos: dos independientes
– Ventanas: dos independientes
– Modo Gráfico A: 57 colores de 4096
– Modo Gráfico B: 241 colores de 4096
– Sonido: cuatro canales
– Funciones de comunicación: hasta dos jugadores simultáneos
– Alimentación: una pila “AA” (20 horas para una pila alcalina)
– Tamaño: 12,80cm de alto por 7,43 de ancho, con un espesor de 24,3cm.
– Peso: aproximadamente 96 gramos.

Realmente impresionante, ¿verdad? Cierto es que supera y bastante a la por entonces popular Game Boy Color, algo que se hace evidente cuando vemos los juegos en acción, acercándose más de hecho a la propuesta tecnológica de Game Boy Advance. Y a todo esto… ¿hay muchos juegos en WonderSwan?

Es del todo cierto que una videoconsola, por muy potente que sea, si no cuenta con un software de calidad que la apoye no llegará a lado alguno. Si miramos atrás, nos damos cuenta de que, en el terreno de las portátiles, aquellas compañías rivales de Nintendo prácticamente contaban con ellas mismas para abastecer de títulos a su consola. Claro está que Bandai proporcionó gran cantidad de programas a su WonderSwan, pero también se llegó a contar con las más grandes desarrolladoras japonesas, volcándose de lleno para ofrecer lo mejor de su catálogo.

Desgraciadamente, el que esta portátil no saliera de Japón ha sido todo un óbice en lo que a su expansión comercial se refiere. Dicho sea de paso, puede que, por poner un ejemplo, SNK no triunfase a pesar de presumir con un catálogo de peso iluminado por nombres como King of Fighters, Metal Slug o Capcom vs SNK por el hecho de pertenecer a un género que, si bien tenía su público, no llegaba a ser tan multitudinario como antaño. Pero es que Bandai llegó a tener en sus filas casas de la talla de Namco, Koei, Capcom o Square, empresas capaces de atraer al más escéptico de los vieojuegos. Si trajeron por aquí el Tamagotchi… demonios, ¿por qué no hicieron lo propio con la genial WonderSwan? Estos japoneses…

En todo caso, poder disponer de esta consola es tener un auténtico tesoro. Muchas son las virtudes que atesora, tanto en términos de hardware como de software. Cuando todavía contemplamos las potentes capacidades gráficas de tan particular portento, cuando somos testigos del peculiar sonido del que hace gala… y más aún, cuando disfrutamos en nuestras manos (nunca mejor dicho) de tan grandes juegos, a buen seguro que WonderSwan os enamorará sin remedio.

Publicado por

Pedja

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5 thoughts on “Recordando a Wonderswan”

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