Me enteré hace poco de que uno de los desarrolladores de videojuegos con más experiencia del momento nos ha dejado por culpa de un cáncer de páncreas. No se me ocurre mejor forma de homenajearlo que revisar uno de sus primeros trabajos en la industria del software, la conversión del arcade de Atari, Paperboy, para Amstrad CPC.
La historia de esta conversión fue curiosa, ya que en 1986 Elite Systems distribuyó las versiones domésticas del Chico del periódico para Spectrum y Commodore 64; así, la versión para CPC no llegaría hasta que pasara un año, y aún así, puede considerarse como la versión más fiel y acertada de las tres.
Mark Haigh-Hutchinson escribió la versión Amstrad, apoyado en los sobresalientes gráficos de Paul Walker, otro experto en conversiones domésticas de máquinas recreativas como Forgotten Worlds, Pang! o Ikari Warriors. La mecánica del juego en cuestión era bien simple: conducir una bicicleta y lanzar periódicos a los hogares de los suscriptores a nuestro periódico.
El protagonista no lo tendría fácil, puesto que la gente del barrio no tiene otra cosa que hacer que salir a pasear, montar en monopatín, conducir un deportivo pegado a la acera o dejar al perro suelto. Múltiples obstáculos hacían que desempeñar nuestro curro resultase todo un infierno. ¿Y ese maldito bordillo de la acera? Inolvidable.
La versión CPC poseía, como os comenté hace unos párrafos, un aspecto visual muy cercano a la recreativa, utilizando con muy buen gusto los 16 colores simultáneos que permitía el modo 0 de la máquina, combinado además con un scroll de pantalla lento pero sin brusquedades. Aunque la dificultad del título era elevadísima, al menos nos daba tiempo de prever nuestros movimientos para no perder una vida. Más o menos.
El señor Haigh-Hutchinson no se conformó con llegar hasta aquí, ni mucho menos. Su evolución en el panorama del videojuego le llevó a formar parte de Retro Studios, siendo parte activa y esencial en la técnica desarrollada para trasladar las dos dimensiones clásicas de Metroid a las 3d que lucen los Metroid Prime de Gamecube y Wii.
El otro gran logro de Mark Haigh-Hutchinson fue liderar el desarrollo de Rogue Squadron, uno de los mejores títulos que recibió Nintendo 64, y sin duda, en el top-five de juegos basados en la franquicia Star Wars. Como podemos comprobar, Mark se fue pero nos dejó un impresionante legado en forma de videojuegos. Será difícil olvidarlo.
Muy merecido a otro grande que se nos va este año…
En Spectrum, es responsable entre otros, de dos juegazos que hizo para Vortex: La segunda parte del Highway Encounter y el Revolution.
R.I.P. :-(. No hace falta decir nada más al respecto.
PEDJA: Ciertamente, la versión CPC del Paperboy es la mejor de todas las existentes para 8 bits. La de Spectrum no está mal, teniendo en cuenta las limitaciones del sistema. El problema del juego es que seguía la tónica general de todos los arcades de Elite: dificultad insufrible. El resultado es que a mí Paperboy nunca llegó a entusiasmarme, como nunca llegó a entusiarmarme casi ningún juego de la compañía.
PUNISHER: Respecto a la opinión sobre AH y Revolution lo siento, pero creoque esta vez no coincidimos en absoluto: del AH me ahorro calificarlo como tomadura de pelo por respeto al pobre Mark, aunque sigue siendo bastante divertido (por algo es casi igual que Highway Encounter). Respecto al Revolution la dificultad es excesiva. Y aunque técnicamente el juego está muy conseguido en su versión para Speccy, yo prefiero la de CPC. Pese a todo, es el juego de Vortex que menos me gusta.
Buenas…
Una autentica pena (como siempre que se marcha alguien) pero seguramente en su estado se marcharía pensando en que ha dejado su nombre bien alto y un gran legado.
Te enlazo en Lab4Gamers.
Un saludo y muy grande!