Habrán sido cientos, miles, o más incluso. Batallas, jugadas, saltos, derrapes, disparos. Mi experiencia con los videojuegos se dilata desde aquel viejo y funcional MSX que aún conservo justo debajo de donde hoy tengo colocada mi potente Xbox 360. Pero hoy se me ha ocurrido destacar tres momentos concretos recogidos entre mi currículum como jugador. Allá van.
1.- Knight Lore (Ultimate). MSX, 1984.
Sin dejar de ojear la misteriosa carátula del juego, comienzo mis dubitativos pasos en las cansadas botas del explorador Sabreman. Tras vagar por varias pantallas, llego a una habitación donde el color malva predomina entremezclado con el negro. Subo a una plataforma que se sostiene encima de una extraña esfera. Parece que puedo guiar a dicha esfera con el teclado.
De repente, Sabreman sufre convulsiones y se produce la transformación en hombre lobo. La luna llena anuncia el aullido del protagonista, maldito por un hechizo de difícil cura. Y de repente, sucede lo inesperado. La esfera se mueve por sí sola, consiguiendo hacerme caer de la plataforma. El roce es mortal. El movimiento, rápido y silencioso. Los seres del juego reaccionan de forma distinta dependiendo en qué estado te encuentres. Quizás fue el primer sobresalto que sentí jugando a un videojuego.
2.- Street Fighter II: The World Warrior (Capcom). Super Nintendo, 1992.
Tras frecuentar en innumerables ocasiones los salones recreativos para luchar con Ryu, Ken y toda la plantilla de luchadores de Street Fighter II, se anuncia la inminente versión doméstica para Super Nintendo. Desde aquel instante, me marqué como objetivo conseguir el pack que reunía al Cerebro de la Bestia y al mítico arcade de Capcom. Ya estaba bien de gastar cinco duros una y otra vez en la calle Soledad.
En Navidades pude disfrutar por fin de la consola. Seguramente, el sistema de ocio electrónico que más haya aprovechado y que mejor me haya respondido. Pero ahora sólo cabía un cartucho en sus circuitos. Street Fighter II. Y la eterna duda. ¿Sería igual que en la máquina? ¿Cómo serían sus gráficos? ¿Y el sonido? ¿Necesitaba un televisor estéreo para escuchar a Ken lanzar su Ha-Do-Ken? Todo esto se disipó rápidamente cuando tras apretar la cruceta del pad y golpear el gatillo derecho, Ken lanzó su bola de fuego haciendo caer al voluminoso Blanka. Un sueño hecho realidad.
3.- International Superstar Soccer (Konami). Super Nintendo, 1994.
He jugado bastante al fútbol en mi vida, ya fuera en la playa, donde la marea te acompaña cuando regateas por su banda, o en la plaza Mina con una pelotita amarilla y roja. Así, se puede decir que la sensación de jugar a un nuevo videojuego de fútbol siempre es especial. Los goles del Buitre en Butragueño Fútbol, la potencia de disparo en Match Day II… o el fútbol puro y duro en International Superstar Soccer.
Y es que en aquella época, los que tenían Megadrive flipaban con un tal Fifa International Soccer. Pero temblaron cuando Konami lanzó su primer ISS, una de las primeras semillas de lo que hoy crece como la saga Pro Evolution. Aquellas ligas que jugué con mis compañeros de instituto se antojan difíciles de repetir. Recuerdo la tarde en la que compré el juego. En el primer partido, contra mi colega Paco, se vieron centros y cabezazos, tiros lejanos que entraban por la escuadra, pases y desmarques, paradones… Fue todo un punto de inflexión en la simulación de fútbol.
Estos momentos son los que hoy he elegido. Os invito a que contéis los que vosotros elegiríais.
Mi primera entrada en el blog. Esta vez no me he podido resistir… Me ha dado el ataque de nostalgia más fuerte de lo normal.
Creo que los mejores ratos que pasé con mi MSX (que también conservo, no sé dónde, pero lo conservo) fueron jugando al Speed King (http://www.juegomania.org/msx/177).
Los gráficos eran más feos que los toritos de barro, pero el movimiento de la pista era muy bueno. Nos juntábamos tres o cuatro a jugar con él. Lo que hacíamos eran contrarrelojs a ver quién daba la vuelta más rápida, obviamente. Qué tardes aquellas… ¡snif!
Pues yo voy a elegir uno de cada «máquina» que he tenido:
Del Spectrum, ésa brutal novedad que significaba «La abadía del crimen», algo tan complejo que nunca se había hecho antes -gráficos, guión, sistema de juego, etc.-, sobre todo en un ordenador demasiado acostumbrado a los arcades (verticales u horizontales), aventuras gráficas y juegos de plataformas. El momento, en sí, es haber visto «El nombre de la rosa» -aún no la había leído- en 20 ocasiones y poder disfrutar de los personajes y la trama.
De la Megadrive quizá elegiría las infinitas posibilidades del Might & Magic. Hasta entonces, los RPG que había probado eran muy lineales y muy cortos; con el Might & Magic recuerdo que llegó un momento en el que deseé que se acabase ya a pesar de que me gustaba un montón.
De PC voy a elegir 2 que tienen mucho que ver: Uno es ver el Doom en casa de un amigo y otro es cuando me pasaron el Tomb Raider. Ambos representaron un salto tecnológico muy importante y creo que son estos saltos lo que nos mantiene a los jugones en el mundo de los juegos.
De megadrive siempre echo de menos Light Crusader.
En Play station Final Fantasy VII.
En play 2 silent hill 3.
En gamecube resident zero
En pc monkey island 1 y 2.
En ds hasta ahora hotel dusk por original
Y en gameboy advance el final fantasy VI
Aunque muchos juegos me han marcado, el que probablemente dejo impresiones mas profundas fue el Final Fantasy VI. Sobre todo recuerdo lo que me impacto la historia previa a la transformación de Terra.
Comparto ese encanto especial por Sabreman y en especial el Knight Lore que yo jugué en spectrum. Después también me apasionó brutalmente mi primera conexión al Phantasy Star Online de mi querida Dreamcast. Totalmente inmersivo el juego por su novedad y la cooperación entre jugadores.
No tienes ni idea ¿Nunca has jugado a ningun plataformas? ¿Como cojones puedes coger y poner una mierda de juego de futbol en vez de Super Mario World o Sonic 3 & Knuckles? No tienes criterio ni lo has visto desde lejos…