Review Imperivm Civitas II

Desde FX Interactive nos envían Imperivm Civitas II, un producto ideal para aprender historia a la vez que jugamos. Pero… ¿está a la altura de los city builder más importantes? Analizamos qué ofrece de nuevo esta segunda parte de la rama más constructiva de los Imperivm.

Imperivm Civitas II prosigue la senda comenzada el pasado año por parte de Haemimont y FX Interactive; la saga Imperivm siempre había optado por la estrategia en tiempo real, hasta que el primer Civitas creció como nueva rama desde la misma raíz, trasladándose al género de la construcción de ciudades y la gestión económica, al más puro estilo de nombres clásicos como Caesar.

Civitas II añade un par de matices a la sólida base ya cimentada por la primera entrega; básicamente, estamos hablando de la riqueza familiar y de la estrategia militar. El primer punto afecta a aquellos habitantes de la ciudad que comienzan a prosperar y, tras haber satisfecho sus necesidades, alargan su alcance para demandar más servicios, afectando a su descendencia.

De este modo, en cada residencia se acumulará más o menos cantidad de dinero, afectando directamente al comportamiento de sus inquilinos; como gobernadores de la ciudad tendremos que preocuparnos en todo momento de que los habitantes tengan acceso directo a un puesto de trabajo y con un servicio cercano de abastecimiento de comida y agua. La conexión de recursos debe procurarse por zonas de influencia; así, es posible que en una parte de la ciudad todo vaya como la seda y los ciudadanos estén contentos, mientras que en otras zonas surjan los conflictos por falta de agua o escasez de empleo.

Un paseo por Roma

Y es que la vida de un gobernador romano es bastante dura; tendremos que enfrentarnos directamente con enérgicas protestas de obreros descontentos, posibles incendios provocados, robos y delincuencia. También debemos tratar de ser justos a la hora de recaudar impuestos y procurar espacios de ocio como puede ser la taberna, donde el pueblo expresará su opinión, algo que nos será bastante útil a la hora de mejorar nuestro juego.

Otro aspecto a destacar, en consonancia con lo dicho hasta ahora, radica en la posiblidad de realizar un seguimiento completo a cada ciudadano; basta con seleccionarlo y obtendremos información sobre su estado anímico actual, vivienda y empleo. Podremos observar cómo acude a trabajar, los sitios que frecuenta… muy al estilo de lo que hemos visto en los últimos SimCity. Una buena práctica para conocer, de primera mano, las debilidades y fortalezas de nuestra gestión.

Y para mejorar dicha economía, resultará esencial aprovechar el comercio. En Civitas II es posible fijar rutas marítimas utilizando puertos, además de las rutas comerciales terrestres que nos permitirán conectar con otras ciudades; podremos importar recursos a los que no tengamos acceso o exportar excedentes. Por último, y además de los mencionados impuestos, los templos que construyamos podrán recibir donativos; la religión también formará parte del juego, como no podía ser de otra forma dado el contexto histórico del juego. De hecho, te tocará emular a Jim Carrey en cierta película y hacer de ‘dios’ escuchando las plegarias de los que visiten el templo.

Sobre la estrategia militar, si bien se han ampliado las posibilidades respecto a Civitas, nos siguen pareciendo escasas: manejamos a un ejército, al cuál podemos dar solamente órdenes básicas: despliegue, ataque y retirada. Aunque resulta un buen punto elegir la formación para maximizar nuestra efectividad, sólo tenemos tres tipos de tropas: hastati a modo de infantería, equites como caballería y arqueros para atacar a distancia.

La misión de nuestras tropas será defender en todo momento nuestro territorio de las hordas de bárbaros que suelen poblar los alrededores del mapa de juego. Nos parece bien que la atención no se desvíe demasiado en el sentido militar, reconocemos que el núcleo del programa es el ‘city-builder’ en sí, pero nos gustaría que la batalla en sí fuera más entretenida y con más posibilidades tácticas.

Tecnología

El motor gráfico toma la base del primer Civitas, aunque es cierto que se encuentra más pulido en todos los sentidos. Sin ser ninguna referencia tecnológica actual, sí que llega a un nivel bastante notable para el tipo de juego en el que nos encontramos. Escenarios, personajes, aplicación de la luz, ciclo día/noche… un conjunto completo y suficiente para hacernos sentir en el fragor de lo que sería una metrópoli romana.

Por su parte, el aspecto sonoro hace lo que debe: acompañar. Los efectos de sonido son justos y necesarios, y las melodías que suenan acompasan la acción, sin estridencias y sin llegar a cansar.

El gran logro de Civitas II sigue siendo su extraordinaria interfaz. El llamado sistema Rotae hace que todas nuestras acciones estén al alcance de unos pocos clicks, apareciendo mediante una jerarquía de iconos en forma de anillo, y sin ninguna necesidad de privarnos un tercio de pantalla, como suele ocurrir en el género. Una interfaz sencilla a la vez que potente, quizá, el mayor tesoro que encierra Civitas II.

A qué jugar

El primer modo de juego se denomina Campaña Histórica; nos ofrece un total de 16 asentamientos romanos en distintas ciudades, incluyendo Barcelona o Pompeya. Es un modo guiado a través de distintos objetivos, que deberemos cumplir para superar con éxito cada escenario.

Tenemos dos modos más: Ciudades del imperio, donde elegimos un escenario y podemos hacerlo prosperar o fracasar, pero sin ataduras ni metas prefijadas. El último modo se llama simplemente Roma, y en él se representa con fidelidad el núcleo histórico del imperio romano. El objetivo será levantar los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Hay que decir que echamos de menos algún modo multijugador, que alargara la vida de Civitas II, ya que las posibilidades online quedan reducidas al envío de puntuaciones para competir por ser el mejor gobernador.

Conclusiones

Civitas II consigue rayar a gran altura en todos sus apartados, conformando una experiencia de juego bastante profunda y con amplias posibilidades, sobre todo en lo que se refiere a la gestión económica de la ciudad. Los puntos más débiles se encuentran en el limitado alcance militar y en la escasez de variedad en sus modalidades de juego.

Por lo demás, un juego altamente recomendado para todo amante del género constructor de ciudades, resultando a su vez ideal para aquel que quiera introducirse en este tipo de juegos, y , porqué no, aprender un poco de historia sobre una de las épocas más relevantes de la historia de la humanidad. No en vano, FX presentó el juego en el parlamento europeo como herramienta educativa, con bastante aceptación. Y algo tan didáctico siempre es una buena noticia.

Publicado por

Pedja

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