Quarantine: como los malos estudiantes, copiando y mal

La frase lapidaria del título del artículo me parece un perfecto resumen para lo que fue Quarantine; la ví la semana pasada, con el recuerdo de la película en la que se «inspira», REC; el tándem que formaron Balagueró y Plaza -que ya prepara su segunda parte- consiguió dotar de frescura a una cinta capaz de acojonarte y hacerte reír a partes iguales. Manuela Velasco hizo notar su condición real de presentadora de TV y fue, en mi opinión, bastante creíble en su relato frente a la cámara del servicial Pablo.

Quarantine Angela Vidal
Dexter, ¿dónde coño estás?

En Quarantine todo parece transcurrir de idéntica manera a cómo lo hizo en la cinta española, aunque bien es verdad que aquí los bomberos estan más salidos, y uno de ellos es clavado a Freddie Mercury. Los americanos vieron REC y decidieron que, mejor que importarla y doblarla a su idioma, era preferible volver a grabar, cuadro por cuadro, las mismas secuencias. Y eso que Jennifer Carpenter me encanta en su papel de hermana de Dexter, pero aquí la verdad que le viene el papel como una patada en las zonas nobles.

A todo esto le añadimos que los roles que jugaban los distintos vecinos de la comunidad maldita se han difuminado y apenas tienen personalidad, con mención especial a la desaparición de los despistados chinos de REC y la entrañable pareja de ancianos.

Además, comentaros que el mayor aporte de «personalidad» del director a la película es la aparición de una rata de dudoso gusto y una confusa escena en el ascensor, aparte de una especial manía por los movimientos bruscos de cámara en la parte final que pueden marearnos en un santiamén; la puntilla final la pone el desafortunado doblaje para Ángela, la protagonista, capaz de hacernos desear que la Niña Medeiros se la sirva de primer plato aderezada con patatas. Total, que Quarantine no ha hecho los deberes, ha copiado y rematadamente mal.

Quarantine