Meri: un referente del videojuego no debería parecer un Reality

Como todas, esto no es más que una opinión más, tan respetable como el resto, pero hoy al entrar en Meristation y ver a toda portada que se ha abierto el plazo de votación para la nueva Chica Meristation TV, a elegir entre tres candidatas, uno piensa que con iniciativas como ésta, el portal de información sobre videojuegos referente en nuestro país se acerca peligrosamente más a un Reality Show que a otra cosa.

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Y digo y opino desde mi perspectiva y experiencia personal, tras más de cinco años colaborando con Meri, trabajándome avances, análisis y artículos que, con más o menos aceptación, se publicaron en dicho portal, y también una gran parte de ese tiempo, coordinaba junto con Spidey el concurso del MeriTrivial, inventando preguntas sobre el universo e historia del videojuego.

Ciertamente, me llevé unos meses sin colaborar con ellos, ya que el escaso tiempo libre del que mi trabajo me permitía disfrutar, lo dediqué a este Blog, y colaborando en Metodologic.com con algunos de mis artículos publicados por estos lares. De repente, un día entré en la sección de Staff de la revista, y ya no estaba allí. Que me parece del todo respetable, pero al menos, tras cinco añitos de altruista colaboración, uno se espera al menos un correo de despedida y cierre, o al menos, una palmadita en la espalda.

Aún así, uno siente bastante apego a Meristation, porque al fin y al cabo puse mi granito de arena durante todo ese tiempo, aunque fuese sin hacer excesivo ruido, además de otorgarme bastante soltura a la hora de adentrarme en este mundillo, amén de conocer a gente muy buena en esto y que realmente vale la pena, aunque también a otras que todo lo contrario.

Por eso, al ver cómo han montado esta especie de casting para la chica que acompañe a Lorena -que la verdad sea dicha, no lo hace nada mal en su trabajo- en los vídeos de Noticias, en la que sólo falta ver un rótulo de «Si quieres salvar a Mireia de la nominación, envía un SMS», uno cree que en lo que se está convirtiendo, obliga a echar de menos tiempos ya pasados de la revista. Pero ¡oye! recuerda que esto no es más que una opinión. Mía es.