Review Titanfall Xbox 360

Titanfall Xbox 360

La gente de BluePoint Software, compañía originaria de Texas, se calzaba el sombrero mientras sudaban de lo lindo al ver el reto que se le proponía: Titanfall, uno de los títulos más esperados del año y, a la postre, un auténtico contrapeso en la balanza de ventas de la flamante Xbox One, debía ser portado a la ya veterana Xbox 360. Parecía complicado salir airoso de este trance, y sin embargo, han aprobado el examen con una nota muy meritoria.

Los retrasos sufridos en la fecha de lanzamiento de la versión para 360 hicieron disparar toda clase de rumores. Los que más ruido hacían hablaban de un juego que quedaría muy por debajo de su hermano mayor; a pesar de que el corazón del sistema gráfico de Titanfall llevaba la etiqueta del clásico Source en sus arterias. Otros no eran exclamados a viva voz, sino que se susurraban de forma sibilina, apuntando directamente a una estrategia de marketing que dejara al Titanfall de Xbox One vía libre para copar el mercado durante su primer mes de lanzamiento.

Sea como fuere, poco importa a estas alturas. Lo que sí es relevante es que puedes disfrutar perfectamente de esta experiencia multijugador con la versión de Xbox 360. Los recortes técnicos han hecho decrecer la frecuencia de imágenes por segundo, de 60 a una cantidad indeterminada que oscila entre treinta y sesenta. Como quiera que dicha fluctuación puede resultar molesta, aplaudo con denodado vigor la decisión de poder fijar la tasa de frames a 30, algo en lo que muchas otras desarrolladoras -las cuales nos hacen ‘llorar’- deberían fijarse.

Titanfall Xbox 360

La calidad de las texturas y la resolución también sufren graves heridas de guerra; no os preocupéis, puesto que el juego exige un movimiento tan constante que se tarda muy poco en olvidar este peaje. El juego sigue manejándose a las mil maravillas con la ayuda de nuestro viejo compañero de batalla, el pad de Xbox 360. Control simple y directo para un juego que, como sospechaba desde hace mucho tiempo, está pensado para ser controlado con un pad de Microsoft.

Desde el primer momento en el que introducimos el disco en la consola y superamos el obstáculo de la instalación obligatoria -ojito, que aquí utilizo el rotulador rojo para subrayar que no podemos instalar el DVD en un pendrive USB: indispensable disco duro-, nos sumergiremos en una auténtica vorágine de partidas multijugador. La ascensión es meteórica e imparable en pos de desbloquear todas las armas y titanes, visitar los dieciséis mapas y quemar todas las cartas -literalmente hablando- que se guarda el juego.

Conjugar a la perfección los tres elementos más importantes de la partida es el mayor mérito de Titanfall. La confrontación entre pilotos, titanes y bots dispara las posibilidades de juego. Los primeros, capaces de moverse a toda velocidad por el mapa a través de saltos dobles y parkour. Los segundos, lejos de ser absolutamente determinantes, ofrecen un cambio de juego temporal en el que nuestro poder ofensivo se incrementa a la misma velocidad que el riesgo de que vayan a por nosotros; los grunts, por último, torpes y lentos, parece que son un mero relleno, y nada más lejos de la realidad: ofrecen una vía más de juego, perfectamente válida: puedes dedicarte a liquidarlos para aumentar la puntuación de tu equipo y, diantres, sentirte útil.

Titanfall Xbox 360

Y rescato de nuevo lo de sentirte útil porque me parece la piedra angular de la adicción que rezuman las partidas de Titanfall. En un esquema jugable que “lo único” que hace es coger elementos de muchos otros juegos y mezclarlos sin agitar -que nadie piense que esto es fácil: todo lo contrario-, me quedo finalmente con la sensación de que siempre tienes algo que hacer, y todo acaba contando. Aquí no hay tiempo para largos e insulsos desplazamientos en los que acabas mordiendo el polvo sin haber sacado el arma; tampoco llegas a caer en la repetición y en la monotonía: simplemente ajustas tus objetivos a tu habilidad y tus ganas.

Se le achaca a Titanfall que su campaña es una pantomima,  que su contenido puede quedarse corto, una vez que lo desbloqueas por completo y alcanzas el máximo nivel. Seguramente sea así, pero la satisfacción que provoca al finalizar cada partida, exhausto, lo compensa con creces.

Publicado por

Pedja

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