Crítica de El Hobbit: Un viaje inesperado

El Hobbit

El simple hecho de regresar a la Tierra Media a través del medio audiovisual por excelencia, una sala de cine, se antojaba un aliciente muy potente para la unión de los conjuntos formados por esos que se encandilaron con la trilogía original de Peter Jackson y aquellos que aman el universo creado por el maestro Tolkien. Dicha potencia ha sido capaz de cavar hondo, cual enano, en nuestra propia expectación. Y la mía se vió colmada el pasado sábado al visionar el filme.


Desde luego que se presenta difícil realizar una reseña de forma objetiva, puesto que yo pertenezco a los dos conjuntos que he mencionado en el primer párrafo del presente texto, y qué duda cabe, la película está firmada y filmada por y para las personas que se encuentren en la intersección de ambos grupos.

De hecho, Jackson no deja ninguna duda en dejar claro que Un viaje inesperado conecta en fondo y forma con la trilogía anterior; más de una y más de dos escenas de la película están hechas para enlazar directamente con alguna parte de las anteriores películas, o más aún, para calcar instantes vividos anteriormente, esta vez con personajes diferentes, o con los mismos pero retrocediendo sesenta años en el tiempo.

También se presenta la banda sonora de Howard Shore como vínculo emocional con la trilogía previa, vínculo que resulta tan fuerte como el enlace visual a través de planos y enfoques similares. El apartado sonoro es una auténtica maravilla, y puede codearse sin ningún problema con el trabajo que realizara el compositor diez años antes; el tema principal de los enanos perdurará en nuestra mente al igual que lo hiciera la fanfarria de la Comunidad o el tema principal de Minas Tirith.

La cuestión de si la película también logrará perdurar de igual manera puede discutirse con mayor profundidad. Yo diría que para alguien que simplemente quiere ver una película de aventuras, notará que ciertas partes se alargan con exceso, notando una sobrecarga innecesaria de diálogos y trascendencia cuando, en el fondo, tampoco hacía falta tanto adorno para una historia tan simple.

Pero se hace difícil meterse en la piel de alguien ajeno a la obra de Tolkien y a la de Jackson, no se crean; y ya que mi perspectiva es de un seguidor de la Tierra Media, sólo cabe decir que disfruté como un auténtico enano durante todo el metraje. El guión se desarrollaba tal y como esperaba, con su espectacular prólogo, impagable la antigua Erebor y el emotivo regreso al futuro que se produce antes de que arranque la historia.

La película va cogiendo carrerilla poco a poco, tomándose su tiempo, algo que sin duda le diferencia bastante de sus predecesoras, en las que muchas veces -en especial en las versiones cinematográficas- la velocidad de la historia parecía atropellar a los propios personajes. La última hora de película resulta impecable, destapada con una perfecta representación de los acertijos en la oscuridad, y con una exageradamente vibrante adaptación de la caverna de los trasgos y el ataque de los huargos.

Curiosamente, los peros más grandes que puedan achacarse a la película residen en puntos que no imaginaría, puesto que el mastodóntico presupuesto no parece haber alcanzado para que algunos cromas no canten tanto, en especial algunos trasgos o el medio de transporte de Radagast. No ocurre siempre, puesto que la lucha de los gigantes de piedra, por ejemplo, resulta impresionante, extrayendo el equipo técnico una auténtica joya a partir de un fragmento que en el libro apenas dura una página.

Por lo demás, el conjunto global de la película no va a desbancar a ningún componente de la trilogía del anillo, pero no creo que nadie lo esperara; recordemos, El Hobbit era (y es) un cuento para niños que poco a poco se va volviendo más oscuro; su épica no es comparable a la magnitud de El Señor de los Anillos -al menos hasta que los cinco ejércitos se vean las caras, ¡aún queda!-, y ciertamente se hacen más disfrutables los pasajes desenfadados y los emotivos -coronados por el impagable gesto de compasión de Martin Freeman hacia el desquiciado Gollum– que los heroicos y trascendentes.

Sin embargo, hay que reconocerle gran mérito a Peter Jackson, puesto que resulta como  adaptación mucho más acertada que la anterior trilogía, y me baso en dos premisas: la primera, que no se desvirtúa en ningún momento la raíz de la historia, no falta ningún momento relevante y todos los personajes principales responden como uno esperaba, enormes McKellen como Gandalf el Gris, Freeman como Bilbo -a mucha distancia de lo que viéramos con Elijah Wood y Frodo, en especial en naturalidad y expresión corporal- y Armitage como Thorin.

Ahondando más en los personajes, es de recibo reconocer que no esperaba un tratamiento tan magistral para los enanos. Recuerdo haber visto a Gimli en las dos últimas películas de la trilogía más como un bufón con el que reírse que otra cosa. Sin embargo, los trece enanos de El Hobbit son tratados con el punto justo entre tozudez, honor e hilaridad, todo en su justo momento; evidentemente hay enanos que apenas recordaréis su aparición, pero por lo general se ha solventado con maestría su representación.

La segunda premisa reside en los añadidos, que se ajustan como un guante al desarrollo de la historia principal de El Hobbit; ya sean tomados de los Apéndices de El Señor de los Anillos -el Concilio Blanco, la historia del Nigromante-, de algún capítulo perdido de La Comunidad del AnilloRadagast no aporta demasiado a la historia pero resulta agradable e hilarante- o directamente ampliados, como el excesivo protagonismo del orco Azog.

Aún con todo, uno esperaba que fuera así; no en vano, El Hobbit resulta muchísimo más sencillo de adaptar que la ciclópea trilogía del Anillo, por mucho añadido, apéndice y adorno que se haya incorporado. Un viaje inesperado resulta entretenida, estirada por momentos, pero convincente en su conjunto. Por desgracia, la decisión de dividir en tres películas puede que le afecte a alguna de las dos restantes. Para saberlo con seguridad aún queda bastante tiempo. Por el momento, seguiremos disfrutando de volver a tener la oportunidad de emprender un viaje. Nunca algo inesperado fue tan esperado.

Publicado por

Pedja

https://plus.google.com/108451085987227805779/

7 thoughts on “Crítica de El Hobbit: Un viaje inesperado”

  1. La verdad es que la adaptación esta bien, mucho mejor de lo que esperaba, entretenida y con muy buenos momentos. Sigo pensando y coincido contigo en que el trato de los enanos esta muy conseguido, pero siguen siendo, aunque menos que en el señor de los anillos, los bufones de la tierra media. Aun así, una película muy interesante 😉

  2. ¡Hola! Muy buena crítica. Me encantó «El Hobbit». Con esta cinta se reivindicó como director y volvió a dar cátedra sobre efectos especiales y ambientación. Jackson te transporta al mundo de la Tierra Media desde el primer segundo.

    Mi primera sensación fue de emoción pura: estaba reviviendo lo que sentía cuando veía ESDLA. Peter Jackson tuvo muchos desafíos para armar esta cinta, y los resolvió a todos de forma magnífica.

    Redacté una crítica completa de la película en mi página. Los invito a todos a entrar para comentar, opinar y sugerir.

    Link: http://on.fb.me/12A8C0t

    ¡Saludos!

    Luciano // https://www.facebook.com/sivoriluciano

  3. Pues si que un pelin poco objetiva es la verdad, algo comprensible cuando el fan de la Tierra Media se impone al cinéfilo. Yo lo tuve claro desde que salí de la sala. ¿Se lo pasa uno bien visionándola? Por supuesto. ¿Tiene mérito esto mismo? Muy poco, ya que simplemente el hecho de volver a contemplar algo que tenga que ver con este mundo cuenta con una ventaja como esa, gusta si o si. Este es un film, que dejando por un momento de lado las diferencias en lo que respecta a la madurez literaria de cada obra al compararlas, cuya puntuación más apropiada y cabría esperarse podría situarlo en un 8 sobre 10. Y tristemente, ya sea por los consabidos aspectos técnicos que mencionas, bien por decisiones artísticas que rozan directamente lo penoso, e incluso detalles de narración verdaramente preocupantes para tratarse de un director con un ya cierto bagaje, la peli se queda en un 6 raspado. Convirtiéndose estos aspectos que reseñó en algo que no entorpece su disfrute, pero que si dilapida la ilusión que pudiera tenerse de que esta se convirtiera en una obra que hiciera más juego con su antecesora (en lo que respecta a la faceta fílmica). Especial reseña para un concepto que conviene señalar, cierto es que el score es muy bueno, pero en ABSOLUTO puede llegar a rivalizar con cualquiera de las tres partituras anteriores. Quizás lo haga en nostalgia, emoción o disfrute (así como cualquier otro aspecto que tenga que ver con gustos personales) pero a nivel artístico sus puntos más álgidos apenas llegan a la grandiosidad conseguida hace diez años. Por último hacer especial hincapie en lo importante que resulta (para mal) lo dañino de la decisión de dividirla en tres entregas. Para los menos objetivos o más fans puedo entender que aquello de «cuanto más mejor» aparezca escrito en la expresión de sus rostros tras terminar el film, pero aquellos que gustamos de contemplar algo como la perfección alcanzada por la trilogía del anillo sabemos que ese no es el camino acertado, sino solo uno que empuja al periplo de Bilbo hasta un único fin posible. La completa perdida de oportunidad para conseguir convertirse en una obra cinematográfica del mismo calibre que su antecesora. Y esto es lo que más coraje me da, repito que aunque por mis palabras pueda destilarse lo contrario lo pase en grande con ella (y por supuesto ocupará desde el primer día un lugar en mi colección, tanto de BSO como de Bluray), pero es tremendamente poco profesional (y hasta cierto punto poco ético para la ética que Jackson nos vendió hace una década) haberse dejado vender por los intereses económicos (de los cuales no disfrutó con la anterior trilogía ¿Decisión basada en el despecho Peter?) y «brindarnos» una innecesaria tercera entrega. Rompiendo así la homogeneidad en lo que respecta a la calidad de adaptación, y de paso el compromiso con el fiel cinéfilo/fan/seguidor de aquella epopeya que el mismo empezó (y rompió los moldes dentro de la industria que conseguiera que el subgénero de «espada y brujeria» fuera respetado al fin) con tan buenas intenciones para ahora estropearlo de una manera tan tonta.

  4. Con respecto a lo que comenta el Doctor Jones, hay cosas con las que estoy de acuerdo y otras que no comparto en absoluto, pero lo que quería comentar al hilo de su intervención es lo siguiente: creo que, al igual que nuestro entusiasmo nos hace quizás valorar más de lo que realmente es la película recién estrenada, el gran recuerdo de la trilogía nos emborrona los errores que tenía, que oiga, no eran pocos: y es que calificar de perfecta a las tres películas del Anillo es muy, muy inexacto.

  5. Se acercan mucho más a lo que es una gran obra que perdurará en el tiempo de lo que esta jamás lo hará. Y ni tiene que ver con la diferencias entre los libros, ni con la añoranza de la que haces mención (la cual a mi no me nubla en absoluto) en tu comentario. Simple y llanamente las tres primeras fueron rodadas en un estado de gracia y con unas intenciones artísticas que aquí en esta primera entrega (y auguro en las dos siguientes) no asoman ni en la lejanía. Diferencias irreconciliables que hacen que la calidad entre ambas disten kilometros las unas de las otras.

  6. Estoy en gran parte de acuerdo con la película, en mi opinión sin ser un peliculón, es muy muy entretenida, se pasa rápido, y sin duda te quedas con ganas de ver las 2 próximas.

    Y yo si considero que en su estilo, tanto esta como las de ESDLA son grandes obras que perdurarán.

    saludos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *