Review Operation Flashpoint Red River

Resulta curioso analizar el devenir de esta saga, que comenzó con un juegazo cuya magnitud pocos sospechábamos la primera vez que se escuchó su nombre; su conversión a terreno de videoconsolas ha transformado el cariz del juego, aunque conserve, sin duda, gran parte de esa seriedad y realismo que llegaba a encarnarnos por completo en la batalla del primer Cold War Crisis.

Red River ha pulido algunos detalles desde la anterior iteración de la saga en consolas; una saga que abandonó Bohemia Interactive para hacernos sufrir de lo lindo con sus ArmA, uno de los mayores retos a los que un jugador experimentado en FPS puede enfrentarse en PC. Aunque los ArmA han ganado multitud de condecoraciones en el campo de batalla con todo merecimiento, a uno lo superan, siendo demasiada árida su propuesta para un jugador que cada vez dispone de menos tiempo que dedicar a uno de sus hobbys preferidos.

En este sentido, quizás Red River sea una propuesta más asequible, con una adaptación de controles al pad de Xbox 360 más que ejemplar; sus menús radiales son bastante intuitivos y se alejan por completo del crudo mapeado de teclas y combinaciones de la nueva saga de Bohemia. Al contrario: en Red River podemos ayudarnos de los gatillos y de la navegación por el anillo de órdenes para que nuestro equipo nos cubra, atente contra una zona donde el enemigo acecha o flanquee a un grupo hostil mientras supervisamos la operación.

Red River se sitúa en un hipotético conflicto futuro en Tajikistan, y como siempre, nuestro enésimo entrenamiento a cargo del enésimo sargento de hierro malhablado se verá cortado de raíz por un inesperado y, por supuesto, enésimo, ataque sorpresa. El argumento va a tener un peso excesivamente liviano y nunca llegará a engancharnos, pero puede que sí lo haga cada uno de los retos que nos encontramos en los niveles de la campaña.

Y es que la IA enemiga es dura de roer. Suele moverse por el principio determinado por disparar contra la última posición enemiga conocida, lo cual hace que, como líder de nuestra tropa de asalto, debamos pensar, actuar y movernos, pensar, disparar y volvernos a mover; en caso contrario, estaremos mordiendo el polvoriento suelo sin lograr vislumbrar quién fue el soldado que nos abatió; sí, suelen tener una puntería extremadamente elevada. Avisados quedan.

Quizás el mayor pecado de este Red River es que lo notemos falto de emoción, por así decirlo, algo de salsa en el transcurso del juego; la mecánica inherente al avance de la campaña es bastante parecida entre los distintos actos de la misma; aquí no tenemos grandes momentazos scriptados, cambios de tercio ni escenas extraídas de trailers hollywoodenses; la austeridad y la crudeza mandan, lo cual choca con la linealidad y ese «sendero invisible» que parece que seguimos en demasiados momentos.

Pero todo hay que decirlo en estos casos: la campaña se crece al jugarla con tres compañeros más de forma cooperativa online. No es que sea mérito cien por cien de Red River, simplemente es que esta fórmula aplicada a un shooter bélico rinde a las mil maravillas en un 95% de las ocasiones. No iba a ser menos en este caso.

En definitiva, Codemasters y Red River hacen gala de un excelente diseño de control a través del pad y de una IA bastante competente que nos hará rendir al máximo a la hora de impartir órdenes a nuestro pelotón. La sensación de tedio aparecerá en más ocasiones de las que desearíamos, pero nada mejor que jugártela con tres amiguetes para que la cosa gane muchos enteros y puedas echarle las culpas a los demás.

Publicado por

Pedja

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