Review Brink – Playstation 3

Brink ha resultado ser un juego de aquellos que pertenecen a la estirpe del Hype, revoleados en su particular estela tejida a través del bombardeo de noticias, trailers, shows y demás exceso de información en las venas del jugador potencial; Brink, como suele pasar con esta particular especie, es un buen juego, pero que no va a llegar a lo que prometía, o a lo que prometían que prometería…

Splash Damage no es, ni mucho menos, neófito en las lides del FPS de equipo. No en vano, consiguió varios premios con su primer Enemy Territory, basado en el core del Return to Castle Wolfenstein; tras ello se encargó del multijugador de Doom 3 y, años más tarde, desarrolló otro Enemy Territory, esta vez basado en las guerras Quake. Por cierto, éste último juego no vendió ni la mitad de lo que se esperaba. Con Brink quieren resarcirse…

Y en Brink vamos a encontrar muchas cosas, pero un gran puñado de ellas nos van a resultar familiares. Lo que se llegó a anunciar como una verdadera revolución en el género FPS queda en un mero intento, con aspectos bastante conseguidos y otros no tanto. A mí, desde luego, me llama mucho la atención el haber logrado fusionar las experiencias online y offline, sin que prácticamente se note que se cruza la barrera hacia uno u otro lado.

Al menos, en lo que a modo de juego respecta. La campaña se compone de varios niveles, un paquete de fases por cada bando que lucha por la supremaciá en El Arca, antaño ciudad modelo para el futuro de la civilización, y ahora un nicho de supervivencia en la que se forman dos bandos: Seguridad y Resistencia, o polis y ladrones que queda mejor. Bien: dichos niveles pueden configurarse para ser jugados con dos equipos de ocho contra ocho, donde tales personajes pueden ser bots de IA o jugadores de carne y hueso.

Por desgracia, la IA suele cantar bastante. En un juego donde hay cuatro clases diferenciadas, cada una con sus habilidades, la IA no suele hacer buen uso de tales ventajas, algo que puede mermar el poder ofensivo de nuestro equipo -desaprovechando la creación de torretas por parte del ingeniero o el disfraz del espía- y fastidiando el defensivo: digamos que el médico controlado por la CPU tiene contadas las jeringas de reanimación. La crisis alcanza por doquier…

Todos estos problemas vuelan de un plumazo en el verdadero arma del juego. Como cabe esperar, cuando los dieciséis jugadores son humanos y se deciden a jugar en equipo, salen partidas bastante guapas. Soldado, Médico, Ingeniero y Espía, como he mencionado antes, se diferencian en las habilidades especiales, pero digamos que tienen idéntica puntería y conocimiento de las armas. Esto me gusta: me apetece curar a los heridos pero quiero seguir disponiendo de mis armas preferidas, algo que no se suele permitir en los juegos  multijugador por clases.

El otro punto fuerte que le veo a Brink es el sistema de objetivo dinámico. En un nivel se nos puede encomendar vigilar ciertos puntos de reabastecimiento, defender un maletín con llaves para que el otro equipo no lo robe, o escoltar a cierto personaje. Con solo pulsar una dirección en la cruceta elegiremos mediante menú radial el objetivo activo para nuestro personaje, marcándose de forma clara en la interfaz. Se anula así la sensación de caos que suele sobrevenir cuando nos encargan varias misiones y queremos atenderlas todas a la vez.

Sin embargo, Brink yerra el disparo a la hora de exhibir el cacareado sistema SMART, o lo que es lo mismo, fusionar el parkour que tan buenos resultados logró en Mirror’s Edge con un FPS de este calibre. Veo útil el movimiento de correr y deslizarse para apuntar al enemigo antes de que éste lo haga con nosotros; sin embargo, el tema de correr por las paredes suele ser poco efectivo, y además está ligado a un tipo de constitución específica para el personaje (ágil), quedando los otros dos tipos bastante cojos y poniendo en duda la utilidad de esta categorización de personaje.

A nivel técnico, el engine, realizado por ID Software, nos presenta a personajes caricaturizados que se fusionan con escenarios industriales más realistas de lo que cabría esperar viendo el diseño de los personajes que lo pueblan. Una mezcla un tanto extraña que se puede decir que cumple con su objetivo, aunque lastrado por la tosquedad de ciertas animaciones, que resultan muy bruscas en demasiadas ocasiones.

Concluyendo, Brink es una buena oportunidad para aquellos que disfrutaron con los Enemy Territory o con Team Fortress. Creo que el juego puede ofrecer suficiente diversión al que busque pasar el cien por cien en el multijugador online, cumpliendo objetivos, evolucionando su personaje a través de la experiencia que otorga cada partida, desbloqueando nuevas habilidades y, básicamente, jugando en equipo, que es de lo que se trata. La innovación no es tal y el sistema SMART no consigue lo que se propone, pero Brink puede resultar tan efectivo como querían sus programadores. Quizás, una vez más, el Hype le haya hecho más daño de lo que merecía.

Publicado por

Pedja

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