Arcade Greatest Hits: 1987

Imaginad por un momento que se lanzara un recopilatorio de grandes éxitos por cada año de existencia de videojuegos en los salones recreativos, aquellos que frecuentábamos no hace tanto cuando salíamos de clase, infestados de muchachada ansiosa por gastar los cinco duros que nos sobraban para comprarnos el bocadillo de la merienda, o agolparnos en el cogote del que estaba jugando en ese momento para animarle a que se pasara el enemigo final que siempre se resistía, o para echarle el aliento encima y agobiarle para que nos dejara el turno a nosotros. De momento, me ha dado por empezar con 1987. Veamos qué joyitas podían jugarse en aquel año.

Arkanoid – Revenge of Doh (Taito)

La venganza del cabezón de Doh trajo consigo un buen puñado de novedades para la segunda entrega de la saga machacaladrillos por excelencia, con permiso del abuelo Breakout. Ladrillos más detallados -si es que esta frase puede tener sentido-, cápsulas de poder capaz de multiplicar por cinco nuestra pequeña pelota, clonar la nave Vaus, transformar la bola en un meteorito capaz de arrasar cualquier obstáculo o empequeñecernos la paleta como si de agua fría se tratase.

Para diversificar la estructura de fases del juego, se diseñó un árbol de niveles ramificados que nos permitía elegir a izquierda o derecha cada vez que pasábamos de fase. Y cómo no, complicado como él solo. Como debe ser.

Afterburner (SEGA)

SEGA y Yu Suzuki se dedicaron a exprimir al máximo la conocida técnica de scaling que tan buenos resultados le hiciera cosechar en títulos anteriores como el mítico Out Run o el shooter Space Harrier. En esta ocasión, manejábamos un caza de combate, un F-14 Tomcat que surcaba los aires a velocidad supersónica mientras disponía sus misiles por los objetivos móviles repartidos en cada nivel.

Los dos métodos de destrucción consistían en una ametralladora, rápida pero imprecisa, y un arsenal de misiles dirigidos que resultaban infalibles si lográbamos fijar el punto de mira en el caza enemigo. Otro arcade de los pertenecientes a la época dorada de SEGA en este género.

Black Tiger (Capcom)

Black Tiger es un arcade de Capcom que, en su concepción original en Japón, se denominó Black Dragon. Como curiosidad, habría que mencionar que según la mitología japonesa, el Tigre es el enemigo natural del Dragón. Otro detalle del que se puede tirar de memoria radica en la enorme polémica que se levantó en su día con Satán, el videojuego de Dinamic para ordenadores de 8 bits.

En concreto, la primera fase del programa español era sospechosamente parecida a este Black Tiger. Lo cierto es que con este juego triunfó la combinación de acción y plataformas mezclada con la ambientación de espada y brujería que tanto gustaba de utilizar por aquella época.

Contra (Konami)

Si alguien me preguntase que definiera al género de arcade de disparos con scroll lateral, simplemente diría Contra. Es imposible condensar mejor en este puñado de fases la esencia del género, la acción pura y dura, la exigencia máxima al jugador para apurar las tres vidas que te dan al principio del juego.

Puro lenguaje universal en esta obra magna de Konami, comenzando una gloriosa saga que nos ha dejado grandes momentos para recordar durante la dilatada historia del videojuego. Y es que, cada vez que veas algo de acción, aunque sea una pizca, en un juego actual, ten por seguro que estará influenciado por la primera misión de Bill y Lance.

Double Dragon (Technos)


Un peldaño más, otra muesca en el revólver del beat-em’up, aún huérfano a estas alturas de sus mayores exponentes arcade -prácticamente todas firmadas por el gigante Capcom-. Los hermanos Lee se embarcaron en una peligrosa cruzada en la que sacarían humo a sus puños, utilizando todo lo que estaba a su alcance -incluídas armas como cuchillos, bates o bidones de gasolina.

La aventura llegaba al culmen tras un cruel enfrentamiento con el jefe final, para acabar pegándose a ostias entre Billy y Jimmy para quedarse con la mujer. Como siempre, al final, las mujeres son la causa y el objetivo final.

Flying Shark (Taito)

En realidad, las virtudes de Flying Shark no son nada extraordinario y exclusivo, ya que estamos ante un shootem’up de corte bélico, con scroll vertical y ataques por tierra, mar y aire, con sus correspondientes bombas para destrozar a todo quisqui que aparezca en pantalla y sus items para aumentar la potencia de disparo del avión de guerra que manejamos.

Nada extraordinario, pero muy bien diseñado para engancharte, lo que consiguió conmigo en su día en el famoso y ya desaparecido Bar Jamón gaditano.

Operation Wolf  (Taito)

Taito -mencionada una vez más en el presente artículo- diseñó una máquina capaz de infiltrarnos en una peligrosa misión de rescate de prisioneros, y cuya mayor virtud fue hacernos sentir en la piel del soldado protagonista, puesto que la vista en primera persona y la imponente ametralladora que lucía en el panel de mandos de la máquina eran una combinación perfecta, trasladada posteriormente a ordenadores personales por Ocean.

Curiosamente, este Operation Wolf puede ser de los pocos arcades que a día de hoy pueden sobrevivir en los escasos salones recreativos que perduran en nuestro país.

Pac-Mania (Namco)

Namco vuelve a prender la llama de su caldero mágico, removiendo y removiendo hasta conseguir un producto tan idéntico al clásico como diferente gracias a su nuevo punto de vista isométrico. El regreso del comecocos, el héroe primigenio y primogénito parido por el videojuego, ahora capaz de saltar sobre sus enemigos.

El éxito original era imposible de igualar, pero aún así este Pac-Mania consiguió una enorme aceptación mundial, así como sus posteriores conversiones domésticas. Curiosamente, podemos mencionar que, al igual que Mad Mix Game de Topo Soft se inspirara en la idea primaria del primer comecocos, la segunda parte del videojuego de Topo se basaba en este PacMania.

Shinobi (SEGA)

Curioso el caso de este auténtico clasicazo. Su propuesta, un arcade de acción de scroll horizontal, no iba mucho más allá que otros tropecientos juegos contemporáneos; si acaso, sí habría que destacar aquella recordada fase de bonus en la que, desde una vista subjetiva, únicamente vislumbrando nuestras manos, lanzábamos Shurikens a diestro y siniestro a los malvados ninjas que se acercaban a nosotros.

La propuesta jugable de Shinobi no era nada fuera de lo habitual, pero el carisma del personaje y el tremendo calado que tuvo entre el público jugador multiplicó por mil el valor de este arcade.

Publicado por

Pedja

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10 thoughts on “Arcade Greatest Hits: 1987”

  1. «Es imposible condensar mejor en este puñado de fases la esencia del género»

    ¿Ah pero es que se podía pasar el primer nivel del Contra? Para mí ese arcade fue lo más parecido a una tragaperras que existía en aquella época por si cortísima duración y su extraordinario nivel de dificultad.

    De Black Tiger sólo puedo decir que fue el Castlevania de Capcom y no te puedes ni imaginar la cantidad de tiempo y de dinero que vi invertir a unos cuantos intentando romper las paredes del juego en busca de atajos y objetos ocultos.

    Si me permites añadir dos títulos, uno sería sin duda el primer Street Fighter. Aquel mítico juego en el que el primer «player» era Ryu y el segundo Ken y en el que tocaba enfrentarse al padre de Chun-Li y a Sagat, al que le dejabas su mítica cicatriz en el pecho. El segundo (aunque realmente es del 86) es el Athena de SNK, del que se extraería el personaje del KOF. Un arcade genial, especialmente cuando te hacías con la espada roja.

    Por lo demás sólo me gustaría hacer una aclaración y es que aunque es verdad que también es mitología japonesa, lo cierto es que en tanto en el Imperio del Sol Naciente como en Corea e incluso en ciertas zonas de Vietnam adaptaron ese mito de la mitología china y sus constelaciones. En este caso concreto es un guiño muy claro al Tigre Blanco (Byakko en Japón) que simboliza al oeste, al metal y al otoño y es, como bien dices, el enemigo natural del Dragón Celeste (Seiryuu en Japón) que tiene siete guaridas alrededor de la luna, que representa al este, al fuego y a la primavera y es, de hecho, el guardián de la ciudad de Kyoto (o Kioto si se prefiere escribir así). Es un mito muy recurrente y series como Fushigi Yuugi o videojuegos como Last Blade hicieron un muy buen uso de él.

    Ains, qué grandes tiempos me ha recordado este post. Todavía recuerdo que me tenían que aupar para llegar bien a la Uzi de Operation Wolf ^____^.

    Un saludo.

  2. ¡Qué expectación cada vez que salía un juego nuevo! Me acuerdo que era la muchedumbre de gente amontonada alrededor de cada nuevo lanzamiento 🙂

    Y los jugones profesionales tenían que empezar desde cero, pero al cabo de unos días ya tenía el juego controlado.

  3. Qué grandes los Contra (vaya sacacuartos XD), Afterburner, Double Dragon y Shinobi. Bonico artículo Pedja, le ha quedado la mar de amoroso.

  4. Como dicen que recordar es volver a vivir, pues eso. Parece que intuyo cierta añoranza por esos juegos que sin duda os marcaron para siempre. Buen reportaje sin duda. Felicidades.

  5. Has tocado mi fibra sensible con Double Dragon, Shinobi y en menor medida Contra.

    Supongo que será por la edad que tenía, pero para mi 1987 fue el año de los mejores juegos tanto arcade como MSX (lease Konami).

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