Review Mirror’s Edge PC

El combo brutal de EA Games en la recta final del pasado año no ha tenido la repercusión que merecía en el terreno de las ventas; tanto Dead Space como Mirror’s Edge sobresalen en varios aspectos dentro de su género, y encontrándome hoy con la runner Faith, debo decir que el currículum de DICE se ve engrosado por otra joya que añadir a míticos títulos como la trilogía de Pinball Dreams o Rallisport Challenge.

En este caso he podido probar la versión de PC; las mejoras respecto a las anteriores implementaciones en Xbox 360 y Playstation 3 no serán perceptibles sino disponemos de una tarjeta gráfica que soporte en condiciones la tecnología PhysX, con la cual ganaremos en espectacularidad gráfica a la hora de romper cristales, atravesar cortinas y otros efectos especiales que, en realidad, no llegan a afectar en el terreno jugable.

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De todas formas, hay que decir que la optimización de la versión para compatibles no es mala, y en mi equipo, el cual no actualizo hace unos dos años, contando con una Nvidia GeForce 7600 GT y un procesador a 2,4 Ghz, he podido ejecutar con total fluidez el juego a nivel de detalle bajo-medio y a una resolución de 1024 por 768 píxeles, obteniendo una experiencia de juego similar a la de sus versiones anteriores.

Además, el trasvase del manejo y control desde el pad de consola hacia el clásico equipo que forman el teclado y el ratón, se hace de forma natural y sin demasiados problemas de adaptación; al fin y al cabo, Mirror’s Edge tiene mucho que ver con un FPS -un género que nació en ordenadores- aunque sea bastante peculiar en su desarrollo.

Y es que brincar por los tejados de la ciudad, apoyarse en una pared para alcanzar cotas más altas o sentir la adrenalina de Faith cuando debe huir de la policía mientras resuena la trepidante banda sonora conforman una de las mejores experiencias jugables de los últimos tiempos.

Puede achacársele, quizás, cierto componente de repetición en los niveles que conforman la campaña, aunque también hay que decir que el modo Contrarreloj nos enganchará en pos de batir nuestro mejor tiempo como si estuviéramos ante el Time Trial de nuestro juego de carreras favorito.

Por otra parte, dominar el control del salto múltiple con apoyo en pared exigirá bastante precisión en el timing por nuestra parte, aunque será completamente satisfactorio en el momento que lo dominemos, al igual que cuando encontremos un nuevo atajo para completar tal o cual circuito, arañando unos segundos al crono.

Lo cierto es que Mirror’s Edge me sigue pareciendo un sobresaliente ejercicio de innovación sobre dos géneros, FPS y plataformas, en los que parecía haberse visto todo, pariendo un videojuego dinámico, plagado de retos hacia el jugador y con un aspecto audiovisual vanguardista, aséptico, hipnotizante en ocasiones y, en definitiva, único.