Las carátulas del terror

Hace tiempo que no tocaba mostrar un pack de carátulas. La recopilación de hoy tiene como intención haceros sentir más miedo que REC, la peli de Balagueró, que por cierto es muy recomendable. Pero volviendo a las carátulas, vamos a hacer una clasificación por género de las peores obras de arte, y atención, que algún que otro juego reciente tampoco va a salvarse. Ni los de Master System, evidentemente.

Género: Deportes. Pro Evolution Soccer 6

La primera, en la frente. Mira que puedo recordar carátulas simplonas de juegos de tenis, o videojuegos de fútbol americano donde el inefable John Madden no salía nada favorecido. Pero hace un añito, Konami batió todos los récords con la carátula de la versión española de Pro Evolution Soccer 6. Me parece terrible la posturita de Adriano en plan bizco, intentando meter un gol que en la realidad se le resiste pero que en el juego es capaz de marcarlo hasta cogiendo el pad del revés. Pero lo que ya infunde miedo de verdad son los morritos de Cesc mirándote, como avisándote de que mejor que te arrimes a la pared por si te marcan por detrás. Para salir corriendo.

Género: Shoot’em up. Phalanx

Este es un clásico en toda regla, favorito en muchos ránkings negativos. Hay que volverlo a mostrar porque me parece imbatible a lo largo de los tiempos. El viejo del ukelele banjo tiene mucho que ver con un juego de naves espaciales. Lo malo es que los diseñadores de la carátula nunca nos lo explicaron. Quizá sea el Final Boss del último nivel, el compositor de la banda sonora, o simplemente amenizaba con sus viejas canciones del Lejano Oeste los largos ratos de programación del videojuego. En cualquier caso, Phalanx de Super Nintendo ya es todo un clásico del arte contemporáneo digital.

Género: Plataformas. Roland en el Tiempo

La saga Roland tuvo buenos juegos, un par de ellos programados por Indescomp. Dichos juegos fueron publicados por Amsoft, a la par que este Roland en el Tiempo, programado por Gem Software. Y Amsoft puede presumir de un amplio y extenso catálogo de carátulas abrumadoramente terroríficas. En este caso, vemos a Roland ante una especie de monumento que le da dolor de cabeza a través de unas circunferencias concéntricas dibujadas con un compás del todo a cien. Naturalmente, no importa que el personaje no se parezca a Roland o que tenga cuatro dedos. Lo intrigante es saber si está de espaldas o de frente. Difícil decisión.

Género: Lucha. My Hero

Este beat’em-up de SEGA tampoco era nada malo. Pero la leyenda negra que se cierne sobre la gran mayoría de carátulas para Master System es totalmente cierta. Ese fondo cuadriculado a modo de cuaderno para el colegio, un austero letrero y un dibujo más simple que el mecanismo de un chupete, un patrón que se repitió una y otra vez para desgracia del sufrido usuario de la consola.

Género: Acción. Dynamite Duke / Turrican TurboGrafx

Aquí no he podido decidirme entre estas dos maravillas. No son las habituales que siempre se ponen en este tipo de ránkings, pero a mí me han impresionado negativamente. El soldado duro de roer del Dynamite Duke tiene una expresión de cabreo inversamente proporcional a la intimidación que provocaba el Turrican de TurboGrafx, cuyo rostro parece insertado en la armadura con una versión prehistórica del Paint, exhibiendo además una postura más propia de un boy de despedida de soltero que de alguien capaz de salvar al mundo. Impagables ambas dos.

Género: Estrategia. Battle of the Bugs

Hay que decir que, por lo general, las editoras de software suelen esmerarse en este tipo de juegos. Y este producto de Epyx no es la excepción. Pero, sinceramente, ver a las cucarachas patriotas levantando aquella bandera americana con semblanzas americanas que marcaba su territorio no me pareció de muy buen gusto… aunque los cascos no les quedan mal del todo.

kk

Género: RPG. Ironsword: Wizards and Warriors II

La segunda entrega de esta famosa saga para NES contó con todo un modelo italiano de postín, Fabio Lanzoni al más puro estilo Barbarian. El resultado no convenció a nadie, porque no pegaba ni con cola, y menos con ese cinturón de la WWF Pressing Catch; pero ahí quedó inmortalizado para que pudiéramos incluirlo en este artículo. Y con él lo cerramos, no sin antes animaros a que propongáis nuevas carátulas del terror… que haberlas, haylas.